Un señor acudía al cine muy a menudo, al único que había en el pueblo, era cuando todavía existían los "acomodadores". Era muy tacaño, no daba propina y siempre llegaba cuando la película estaba comenzada. Esto al acomodador le caía muy mal y un día decidió vengarse.
Cuando lo acompañó hasta el asiento y vio que tampoco le daba propina, se acerca al oído y le dice... EL ASESINO ES EL MAYORDOMO.
Saludos. Juan El Pavelo.