En el séquito de un rey había un empleado de las caballerizas con un asombroso parecido físico a su majestad. Cuando el rey tuvo conocimiento de su existencia lo mando llamar y le dijo... - ¿Se ha dado usted cuenta de nuestra semejanza física?
-Dígame una cosa. ¿Estuvo su madre trabajando aquí en palacio en algún momento?
El hombre con toda la humildad del mundo le dijo... -No majestad, quien estuvo aquí en palacio trabajando fue mi padre.
-Dígame una cosa. ¿Estuvo su madre trabajando aquí en palacio en algún momento?
El hombre con toda la humildad del mundo le dijo... -No majestad, quien estuvo aquí en palacio trabajando fue mi padre.