Un andaluz con cuerpo y cara de querer trabajar poco o nada, estaba sentado en su mercedora en pleno mes de Agosto con un calor asfixiante propio
del mes de Agosto, su nieto, que por obra y gracia se le parecía muchísimo a el, lo observaba desde su balancín, imitando de esta manera a su predecesor.
En un momento dado el abuelo hizo un esfuerzo y habló a su estimado nieto diciéndole... -Pepito haz el favor de traerme el mechero que me lo he dejado encima de la cómoda.
Pepito no se inmutó y copiando los gestos del abuelo y con voz parsimoniosa le dice... -Abuelo es que estoy cansado. Y dice el abuelo... - ¡OLE la gracia de mi niño!
Como diría un torero... va por ustedes. Se admiten criticas.
del mes de Agosto, su nieto, que por obra y gracia se le parecía muchísimo a el, lo observaba desde su balancín, imitando de esta manera a su predecesor.
En un momento dado el abuelo hizo un esfuerzo y habló a su estimado nieto diciéndole... -Pepito haz el favor de traerme el mechero que me lo he dejado encima de la cómoda.
Pepito no se inmutó y copiando los gestos del abuelo y con voz parsimoniosa le dice... -Abuelo es que estoy cansado. Y dice el abuelo... - ¡OLE la gracia de mi niño!
Como diría un torero... va por ustedes. Se admiten criticas.