Un español en los años 60 se va a Francia a trabajar en la vendimia y pasando la frontera el autobús en el que va, para en un bar para que pudiesen tomar algo... Se acerca a la barra para pedir un café, y una vez que se lo ha tomado quita de la cartera una moneda de cinco duros y la deposita en la barra, el camarero con cara de sorpresa se dirige a él, ¡monseur, monseur (señor)! hay un pegqueño pgoblema, aquí se paga en francos... Él se da la vuelta, y cogiendo la moneda, se la enseña al camarero, y señalando con el dedo la cara del Caudillo, que venía impresa en la moneda, le dice: ¿Y lueeego, quién es este? ¿Cantinflas?.