Una
familia lleva a su bebé a bautizar en la iglesia. El cura ve la carita llena de granos rojos y se alarma.
- ¡A este niño hay que ponerle penicilina!
- ¡Pues no! -exclama emfadado el padre del bebé-. O le pone Feliciano, como a su
abuelo, o ¡nos vamos a otra iglesia!