En una granja vivían un gato y un burro, que disfrutaban jugando juntos.
Un día, el burro cayó en una ciénaga y empezó a hundirse.
El burro le pidió al gatito que fuera a buscar al granjero para que ayudara.
El felino corrió hasta la granja. Buscó y buscó al granjero, pero no lo encontró porque
había salido hacia el pueblo con el único tractor disponible. Pero vio el nuevo BMW
serie Z-3 del granjero. Como las llaves estaban adentro, el minino cargó una soga en el auto y arrancó, con la esperanza de salvar la vida de su amigo. Llegó a la ciénaga. El burro se sorprendió y se alegró de ver a su amigo llegando en el brillante BMW se las arregló para aferrarse a la soga que le tiró el gato.
Después de atar el otro extremo en el paragolpes del auto, el gato arrancó y puso primera. Despacio y con la ayuda del poderoso auto, logró rescatar a su compañero.
Feliz y orgulloso, el gato devolvió el BMW a la granja antes de que volviera el
granjero.
Ambos animales se convirtieron en los mejores amigos.
Unas semanas más tarde, el gato cayó en un pozo bastante profundo.
A los maullidos limpios, llamó al burro para que lo ayudara.
El burro pensó y pensó. Dio una vuelta al pozo. Luego, puso las patas delanteras en una orilla y las traseras en la otra, y le pidió al gato que se agarrara de su enorme "cosa", y así podría sacarlo del pozo.
El minino se agarró fuerte, el burro dio un salto y pudo rescatarlo con éxito.
moraleja
"Si la tenés grande como la de un burro, no necesitas un BMW para levantar gatos."
Un día, el burro cayó en una ciénaga y empezó a hundirse.
El burro le pidió al gatito que fuera a buscar al granjero para que ayudara.
El felino corrió hasta la granja. Buscó y buscó al granjero, pero no lo encontró porque
había salido hacia el pueblo con el único tractor disponible. Pero vio el nuevo BMW
serie Z-3 del granjero. Como las llaves estaban adentro, el minino cargó una soga en el auto y arrancó, con la esperanza de salvar la vida de su amigo. Llegó a la ciénaga. El burro se sorprendió y se alegró de ver a su amigo llegando en el brillante BMW se las arregló para aferrarse a la soga que le tiró el gato.
Después de atar el otro extremo en el paragolpes del auto, el gato arrancó y puso primera. Despacio y con la ayuda del poderoso auto, logró rescatar a su compañero.
Feliz y orgulloso, el gato devolvió el BMW a la granja antes de que volviera el
granjero.
Ambos animales se convirtieron en los mejores amigos.
Unas semanas más tarde, el gato cayó en un pozo bastante profundo.
A los maullidos limpios, llamó al burro para que lo ayudara.
El burro pensó y pensó. Dio una vuelta al pozo. Luego, puso las patas delanteras en una orilla y las traseras en la otra, y le pidió al gato que se agarrara de su enorme "cosa", y así podría sacarlo del pozo.
El minino se agarró fuerte, el burro dio un salto y pudo rescatarlo con éxito.
moraleja
"Si la tenés grande como la de un burro, no necesitas un BMW para levantar gatos."