Aunque la conciliación sea algo no partidario, como dice, a veces no se escapa de la división, como estamos viendo el caso de la mesa de diálogo de Catalunya.
Espero que la película sirva en este caso para llevar el mensaje de que hay que llegar a un entendimiento y
hablar con todo el mundo. Me da mucha pena y un poco de yuyu que alguien aproveche ese enfrentamiento y esa crispación para cualquier cosa ¿sabes? Yo tenía mucha envidia a los
catalanes hace años, cuando era jovencita y aquí vivíamos como vivíamos. Ellos eran capaces de llegar a acuerdos, de solucionar los problemas. Ahora, sin embargo, han dado pasos para atrás y considero que aquí estamos bastante mejor en ese aspecto.
Cuando
trabajó en la Oficina de víctimas peleó para que se reconociese como tales a las de los GAL o la extrema derecha. Después de la desaparición de los primeros, ¿cómo está viviendo el auge de los segundos?
A mí la extrema derecha me da miedo. Antes también estaba ahí, pero no aparecía tanto. Ahora que se han soltado la melena me da un poco de miedo. Pero eso hay que combatirlo de forma pedagógica, explicando y aclarando las cosas. No prohibiéndolas. El otro día alguien decía que hay que prohibir los ongi etorri y así no se soluciona nada, creo yo. Hay que explicar las cosas para que calen. Por decreto ley no se solucionan las cosas.
A Bollaín le sorprendía el desconocimiento de la juventud vasca sobre
ETA. ¿Por qué no se les hace más partícipes de la historia?
Los chavales tienen que saber qué fue aquello y no debe suponerles ningún trauma ni hay que hacerles ningún daño. No hay que meter el dedo en la llaga para que no se produzcan odios ni rencores. Eso es lo peligroso de esta historia y donde no sale nada positivo.
¿Acaba el miedo con el alto el fuego de ETA o es algo de lo que cuesta despojarse de por vida?
Yo aquello lo recibí como un notición. No tengo miedo ahora mismo. Creo que se ha normalizado un poquito la vida. De hecho, están yendo cientos de personas a ver la película de Maixabel. Eso quiere decir que no hay ese miedo de ver ni de que te vean. Hay cosas que todavía tienen que mejorar, claro, pero creo que en diez años no vamos a cambiar mucho respecto a lo que estamos viviendo ahora. Y eso es bueno >>>>>>