ROSA BELMONTE.
Tus imputados y los míos Rosa Belmonte.
Hay que reconocer a Podemos que defiende a los suyos. En el PP te echan a los leones o te mandan a Maíllo.
Actualizado: 22/06/2017 05:37h.
La presunción de indecencia ha vuelto a ser presunción de inocencia. Pero sólo porque esta vez los imputados son Celia Mayer y Carlos Sánchez Mato, que han actuado como los policías buenos de las películas que se saltan las leyes por el bien común y para atrapar al malo. Su jefe se enfada pero luego los perdona. Como hizo Carmena, aunque hubieran actuado a sus espaldas. No hay que cultivar el respeto a la ley sino a la justicia. "La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que crea justo" (el cansino de Thoreau). Este también habría encargado los informes a dedo para sacar a la luz los supuestos chanchullos del torneo de Tiriac, el rumano que parece un personaje de "Fargo". Y en todo caso, en la política, como diría Santiago Carrillo, no existe el arrepentimiento. Uno se equivoca o acierta, pero no cabe arrepentirse. No ha tardado Irene Montero en salir a respaldar a sus alguaciles alguacilados. Para Montero, los concejales han sido denunciados por el PP precisamente por investigar su corrupción.
Lástima que el código ético de Ahora Madrid se haya difuminado para el caso. El matiz está, según la formación tutti frutti que gobierna el ayuntamiento de Madrid, en que no buscaban enriquecerse. Va a ser cosa de Kant porque las acciones morales las llevamos a cabo por obediencia a la ley que nos dicta nuestra conciencia. Una cosa son tus imputados y otra cosa, los míos. Unos son claramente culpables y los otros, claramente inocentes. Supongo que Irene habrá borrado de su jaculatoria laica la operación guateque. O no, ¿por qué iba a hacerlo? Los culpables son lo que son, lo diga el juez o su porquero en Twitter. Sobre la conclusión de los juicios de Núremberg, Churchill dijo al general Ismay (lo escribió en sus memorias): "Esto demuestra que si participas en una guerra es indispensable que la ganes. Tú y yo estaríamos en serios apuros si hubiésemos perdido". La guerra de quién es corrupto y quién no parece que hoy la ganan las tropas de Podemos. Pero hay que reconocerles que defienden a sus milicianos. En el PP te echan a los leones o te mandan a Maíllo para saber qué es lo que te conviene.
Rita Maestre, como pijavoz del Ayuntamiento de Madrid, comunicó que Manuela Carmena, de viaje en Montreal, también apoya a los concejales que se la metieron doblada. Es bonito (es hermoso, diría Carmena) recordar aquello que predicaba en "Pido la palabra", el programa de Canal Sur presentado por Jesús Vigorra en abril de 2013. Contestaba preguntas de los ciudadanos andaluces y había ido como magistrada jubilada. Dijo estar a favor de los escraches, en contra de la condena a Baltasar Garzón, aseguró que la independencia judicial en España tenía muy buena salud (mejor que en otros países similares), aclaró que una imputación no significa culpabilidad y confesó que los cinco que pasó en el Consejo General del Poder Judicial fueron los años más inútiles de su vida. Una chica de Granada le preguntó si un político imputado se tenía que apartar de su cargo. Contestó Carmena que un político tiene siempre que decir la verdad a los ciudadanos, que para eso lo han elegido. También que una persona imputada no tiene la obligación de decir la verdad. Y como el político puede hacer uso de su derecho a no decir la verdad, tiene que renunciar al cargo. De 2013 a 2017 han cambiado las cosas.
Lo sorprendente es que los dirigentes de Podemos no reivindican aquí su presunción de inocencia frente a la presunción de indecencia que aplican a los otros, lo que reivindican es el presunto delito.
Rosa Belmonte.
Tus imputados y los míos Rosa Belmonte.
Hay que reconocer a Podemos que defiende a los suyos. En el PP te echan a los leones o te mandan a Maíllo.
Actualizado: 22/06/2017 05:37h.
La presunción de indecencia ha vuelto a ser presunción de inocencia. Pero sólo porque esta vez los imputados son Celia Mayer y Carlos Sánchez Mato, que han actuado como los policías buenos de las películas que se saltan las leyes por el bien común y para atrapar al malo. Su jefe se enfada pero luego los perdona. Como hizo Carmena, aunque hubieran actuado a sus espaldas. No hay que cultivar el respeto a la ley sino a la justicia. "La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que crea justo" (el cansino de Thoreau). Este también habría encargado los informes a dedo para sacar a la luz los supuestos chanchullos del torneo de Tiriac, el rumano que parece un personaje de "Fargo". Y en todo caso, en la política, como diría Santiago Carrillo, no existe el arrepentimiento. Uno se equivoca o acierta, pero no cabe arrepentirse. No ha tardado Irene Montero en salir a respaldar a sus alguaciles alguacilados. Para Montero, los concejales han sido denunciados por el PP precisamente por investigar su corrupción.
Lástima que el código ético de Ahora Madrid se haya difuminado para el caso. El matiz está, según la formación tutti frutti que gobierna el ayuntamiento de Madrid, en que no buscaban enriquecerse. Va a ser cosa de Kant porque las acciones morales las llevamos a cabo por obediencia a la ley que nos dicta nuestra conciencia. Una cosa son tus imputados y otra cosa, los míos. Unos son claramente culpables y los otros, claramente inocentes. Supongo que Irene habrá borrado de su jaculatoria laica la operación guateque. O no, ¿por qué iba a hacerlo? Los culpables son lo que son, lo diga el juez o su porquero en Twitter. Sobre la conclusión de los juicios de Núremberg, Churchill dijo al general Ismay (lo escribió en sus memorias): "Esto demuestra que si participas en una guerra es indispensable que la ganes. Tú y yo estaríamos en serios apuros si hubiésemos perdido". La guerra de quién es corrupto y quién no parece que hoy la ganan las tropas de Podemos. Pero hay que reconocerles que defienden a sus milicianos. En el PP te echan a los leones o te mandan a Maíllo para saber qué es lo que te conviene.
Rita Maestre, como pijavoz del Ayuntamiento de Madrid, comunicó que Manuela Carmena, de viaje en Montreal, también apoya a los concejales que se la metieron doblada. Es bonito (es hermoso, diría Carmena) recordar aquello que predicaba en "Pido la palabra", el programa de Canal Sur presentado por Jesús Vigorra en abril de 2013. Contestaba preguntas de los ciudadanos andaluces y había ido como magistrada jubilada. Dijo estar a favor de los escraches, en contra de la condena a Baltasar Garzón, aseguró que la independencia judicial en España tenía muy buena salud (mejor que en otros países similares), aclaró que una imputación no significa culpabilidad y confesó que los cinco que pasó en el Consejo General del Poder Judicial fueron los años más inútiles de su vida. Una chica de Granada le preguntó si un político imputado se tenía que apartar de su cargo. Contestó Carmena que un político tiene siempre que decir la verdad a los ciudadanos, que para eso lo han elegido. También que una persona imputada no tiene la obligación de decir la verdad. Y como el político puede hacer uso de su derecho a no decir la verdad, tiene que renunciar al cargo. De 2013 a 2017 han cambiado las cosas.
Lo sorprendente es que los dirigentes de Podemos no reivindican aquí su presunción de inocencia frente a la presunción de indecencia que aplican a los otros, lo que reivindican es el presunto delito.
Rosa Belmonte.