BUSCANDO A LAS VIEJAS MEIGAS
Este
hombre que tenía más de sesenta y cinco años, que era seguidor de Iker Jiménez en Cuarto Milenio, le habían hablado de ese pueblo lleno de acantilados de
Galicia, donde las meigas parecían estar presentes, este hombre con su esposa y un nieto, que veraneaban en Puentedeume, se decidieron aquella mañana llegar a tan raro lugar,
San Andrés de Teixeiro, y salieron hacia ese pueblo de la costa del Cantábrico, sobre las doce de la mañana, su automóvil un Škoda Octavia,
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