El Edén del que habla la Biblia lo sitúan algunos autores en la región montañesa de Armenia, donde nacen el Tigris y el Éufrates. Otros opinan que fue Mesopotamia y el actual golfo Pérsico. Sea como fuera, no hay duda que la cultura empezó a desenvolverse en aquella comarca, bajando luego hacia el sur, en donde alcanzó su mayor florecimiento.