EL PUENTE DE BARCAS, el primero del que se habla en la Historia, construído por los obreros fenicios que acompañaban al ejército persa, fue destruído por un temporal. Irritado Jerjes contra el mar, le echó cadenas para amansarlo, le marcó con hierros candentes y lo hizo azotar durante tres días por sus soldados. ¡A tanto llegó el orgullo persa!