La vivienda en la España capitalista y en Cuba socialista; pasen, vean y comparen (2/2)
¿Por qué necesita Cuba estimular la natalidad?
Tener control del comportamiento de sus indicadores demográficos a corto, mediano y largo plazo, es un aspecto vital para que un país pueda planificar su agenda de desarrollo. Cuba no es la excepción.
No es un secreto para nadie que el envejecimiento poblacional es un aspecto al que se le brinda especial atención y que, aunque constituye expresión de la elevada esperanza de vida del pueblo cubano, debe tener una respuesta en la natalidad. Sin embargo, no ha sucedido así.
De acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud, «en 2019 el número de nacimientos disminuyó en 6 617 con respecto a 2018, el nivel de reproducción de la población es bajo, la tasa de natalidad es de 9,8 nacidos vivos por 1 000 habitantes, disminuye en un 5,8 % respecto al año anterior. La tasa de fecundidad general es de 42,5 nacidos vivos por cada mil mujeres de 15 a 49 años. Disminuyen las tasas de fecundidad para cada grupo de edad de la mujer en periodo fértil, a excepción de la tasa del grupo de 45 a 49 años».
Un análisis de las cifras del primer trimestre de 2020, permiten tener mayor claridad de este fenómeno. En ese periodo de tiempo, se produjeron 23 666 nacimientos, pero las defunciones alcanzaron una cifra de 27 269, lo que demuestra un decrecimiento natural de la población cubana, una tendencia que debe mantenerse durante todo este año.
De igual manera, el 20,8 % de las personas en la Mayor de las Antillas tiene 60 años o más, y la previsión es que, al cierre del presente calendario, ese número se incremente hasta 21,2.
Un vistazo a estas cifras deja clara la necesidad de promover estrategias gubernamentales cada vez más efectivas, que permitan elevar la natalidad. De ahí que también se lleve a cabo en el país un seguimiento perenne a la situación de las parejas infértiles, cuyo universo es de más de 138 000, y su atención va desde consultas municipales hasta centros de alta tecnología. Esa atención permitió el logro de 11 678 embarazos en el citado periodo.
Así lo informó en el mes de abril, durante un chequeo a la dinámica poblacional encabezado por el Presidente de la República, el miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo.
A esos esfuerzos debe sumarse la atención priorizada que brinda el Programa Materno Infantil a las gestantes con embarazos múltiples, cuya salud y la de sus bebés son supervisadas hasta el último momento en el vientre materno.
A pesar de todo ello, existe una problemática latente, por lo que el Jefe de Estado cubano ha llamado al trabajo intenso y con inteligencia para atender un asunto que puede considerarse vital, por su impacto en el presente y futuro del país.
La realidad innegable
Son muchas las garantías de las que gozan las madres cubanas. Sin embargo, disímiles aspectos de índole personal, económica y social, influyen en la decisión de traer al mundo un nuevo ser. En la medida en que se dé una respuesta más efectiva a aquellos que se enmarcan en el ámbito social, crecerán también quienes no solo apuesten por uno, sino por más hijos.
Recientemente se dio a conocer que el país estudia una veintena de medidas para estimular la natalidad, pero el tener una vivienda confortable será siempre un imperativo capaz de inclinar esa balanza al lado de la multiplicidad familiar y, al mismo tiempo, otra expresión de la voluntad política de un gobierno que no ceja en el empeño de elevar la calidad de vida de su pueblo.
¿Por qué necesita Cuba estimular la natalidad?
Tener control del comportamiento de sus indicadores demográficos a corto, mediano y largo plazo, es un aspecto vital para que un país pueda planificar su agenda de desarrollo. Cuba no es la excepción.
No es un secreto para nadie que el envejecimiento poblacional es un aspecto al que se le brinda especial atención y que, aunque constituye expresión de la elevada esperanza de vida del pueblo cubano, debe tener una respuesta en la natalidad. Sin embargo, no ha sucedido así.
De acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud, «en 2019 el número de nacimientos disminuyó en 6 617 con respecto a 2018, el nivel de reproducción de la población es bajo, la tasa de natalidad es de 9,8 nacidos vivos por 1 000 habitantes, disminuye en un 5,8 % respecto al año anterior. La tasa de fecundidad general es de 42,5 nacidos vivos por cada mil mujeres de 15 a 49 años. Disminuyen las tasas de fecundidad para cada grupo de edad de la mujer en periodo fértil, a excepción de la tasa del grupo de 45 a 49 años».
Un análisis de las cifras del primer trimestre de 2020, permiten tener mayor claridad de este fenómeno. En ese periodo de tiempo, se produjeron 23 666 nacimientos, pero las defunciones alcanzaron una cifra de 27 269, lo que demuestra un decrecimiento natural de la población cubana, una tendencia que debe mantenerse durante todo este año.
De igual manera, el 20,8 % de las personas en la Mayor de las Antillas tiene 60 años o más, y la previsión es que, al cierre del presente calendario, ese número se incremente hasta 21,2.
Un vistazo a estas cifras deja clara la necesidad de promover estrategias gubernamentales cada vez más efectivas, que permitan elevar la natalidad. De ahí que también se lleve a cabo en el país un seguimiento perenne a la situación de las parejas infértiles, cuyo universo es de más de 138 000, y su atención va desde consultas municipales hasta centros de alta tecnología. Esa atención permitió el logro de 11 678 embarazos en el citado periodo.
Así lo informó en el mes de abril, durante un chequeo a la dinámica poblacional encabezado por el Presidente de la República, el miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo.
A esos esfuerzos debe sumarse la atención priorizada que brinda el Programa Materno Infantil a las gestantes con embarazos múltiples, cuya salud y la de sus bebés son supervisadas hasta el último momento en el vientre materno.
A pesar de todo ello, existe una problemática latente, por lo que el Jefe de Estado cubano ha llamado al trabajo intenso y con inteligencia para atender un asunto que puede considerarse vital, por su impacto en el presente y futuro del país.
La realidad innegable
Son muchas las garantías de las que gozan las madres cubanas. Sin embargo, disímiles aspectos de índole personal, económica y social, influyen en la decisión de traer al mundo un nuevo ser. En la medida en que se dé una respuesta más efectiva a aquellos que se enmarcan en el ámbito social, crecerán también quienes no solo apuesten por uno, sino por más hijos.
Recientemente se dio a conocer que el país estudia una veintena de medidas para estimular la natalidad, pero el tener una vivienda confortable será siempre un imperativo capaz de inclinar esa balanza al lado de la multiplicidad familiar y, al mismo tiempo, otra expresión de la voluntad política de un gobierno que no ceja en el empeño de elevar la calidad de vida de su pueblo.