EL FUTURO DEL
EMPLEO.
Una empresa implantará chips a sus empleados para facilitarles la vida.
La iniciativa, de Three Square Market, busca agilizar tareas y ha contado con una cincuentena de voluntarios.
LA VANGUARDIA.
REDACCIÓN.
Actualizado a 25/07/2017 12:01.
La empresa estadounidense Three Square Market, desarrolladora de
software para máquinas expendedoras, implantará a sus empleados microchips con los que podrán abrir puertas, acceder a
ordenadores, hacer fotocopias, compartir información o pagar compras de máquinas expendedoras.
La iniciativa busca agilizar tareas y ha contado con una cincuentena de voluntarios, según explica el portal The Verge. El novedoso programa, que la compañía pondrá en marcha el 1 de agosto, supondrá implantar chips del tamaño de un grano de arroz –con un coste de unos 250 euros- entre el pulgar y el dedo índice del individuo.
Hubo una cincuentena de voluntarios
El chip utiliza una
tecnología de comunicación inalámbrica y corto alcance similar a la NFC (Near Field Communication) que se utiliza en los microchips de las mascotas o en coches con llave electrónica. Los chips incorporan unos sensores que al ser escaneados permiten a los usuarios acceder a información en ordenadores y dispositivos electrónicos, y podrán pagar compras por radiofrecuencia, sin necesidad de tarjetas.
Algunos detractores critican que se pone en
juego la privacidad, ya que los emlpeados no pueden quitárselo. Como alternativa ofrecen la posibilidad de poner los chips en collares o brazaletes. La compañía asegura que no se pondrá en peligro, ya que los datos almacenados en el chip estarán encriptados y no se podrán rastrear por GPS, de modo que su funcionalidad sería parecida a una llave o tarjeta de acceso electrónica.
El primer ejecutivo de Three Square Market, Todd Westby, aseguró al canal financiero CNBC que la implantación de estos chips es indolora y su uso es completamente legal, puesto que fue aprobado en 2004 por la agencia federal de Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en
inglés).
“Es una buena forma de avanzar en la innovación de la empresa. Los chips no emiten ninguna señal por sí mismos, tienen que ser leídos con cualquier objeto que tenga un lector de proximidad”, detalló Westby.
La privacidad no está en juego, dice la compañía.