Bonita historia, se agradece, con tantos comportamientos...

“VOLVERÉ. CONFÍA EN MÍ”

Un sin techo dio el poco dinero que tenía a una chica en apuros: así se lo pagó ella.

El mendigo Johnny Bobbit Jr. gastó sus últimos 20 dólares en comprar algo de gasolina para Kate McClure, que se había quedado varada en medio de la autopista.

AUTOR:

MIGUEL SOLA.

24.11.2017.

Kate McClure, de 27 años, iba en dirección a Filadelfia para visitar a un amigo cuando algo en su coche comenzó a chisporrotear. Alarmada, se detuvo en la rampa de emergencia más cercana. Consiguió llegar hasta el final antes de que se quedase sin gasolina. Estaba oscuro. Eran las once de la noche. Y estaba sola. “Mi corazón latía tanto que se me iba a salir del pecho”, recuerda la joven en una entrevista a 'Philadelphia Inquirer'. Decidió que lo mejor sería llamar a su novio. Le pidió que fuese a recogerla. Y que lo hiciese rápido.
Fue en ese momento cuando apareció Johnny. Según relata el diario, Johnny Bobbit Jr., de 34 años, es un mendigo que suele pasar sus días sentado en el guardarrail de esa rampa. Fue técnico especializado en municiones en los Marines. Aspiraba a convertirse en enfermero de vuelo y estuvo estudiando para ello. Sus viejos amigos aseguran que su vida dio un giro desafortunado: drogas, problemas de dinero, mala relación con la Justicia… Su novia le dejó en 2014. Y en estos últimos tiempos, después de que alguien le robase en un albergue, era habitual verle en aquella rampa, leyendo un libro o pidiendo limosna.

La campaña ha recaudado casi 200.000 dólares en tan solo 12 días para que Johnny pueda alquilar un apartamento y pagar sus necesidades básicas.

Pero esta vez no pidió nada. Le dijo a McClure que cerrase las puertas y que se quedase dentro del vehículo, que no se preocupase, que él iría a la gasolinera a por combustible. “Volveré. Confía en mí”, afirmó el mendigo. Diez minutos después, la joven ya estaba llamando a su novio, Mark, para abortar el rescate. Johnny se gastó los últimos 20 dólares que le quedaban en el bolsillo para ayudar a una desconocida. Ella no tenía con qué pagarle y le prometió que volvería a aquel guardarrail para saldar su deuda. Él confió de la misma forma que ella lo había hecho antes con él.

Al día siguiente, volvieron a la rampa de emergencia. Y allí estaba él. Le devolvieron los 20 dólares y pronto comenzó una relación personal entre el mendigo y la joven pareja. Volvían de vez en cuando a aquel lugar, a comprobar qué tal le estaba tratando la vida. Le llevaban ropa, abrigo y comida, pero ambos sentían que aquello no era suficiente. “Ojalá pudiésemos cambiarle la vida a este hombre...”. Y tanto que lo hicieron. La pareja puso en marcha una campaña de crowfunding a través de GoFundMe para que Johnny pudiese alquilar un apartamento y pagar las necesidades básicas (comida, ropa, transporte, móvil, etc.) que una persona necesita para sobrevivir durante unos meses.

Esto es una locura. Ha cambiado cómo veo a la gente por completo.

Hace mucho que ya superó el objetivo de los 10.000 dólares y por el momento lleva ya recaudados casi 200.000 en solo 12 días. Esta avalancha de solidaridad ha llamado la atención de los diarios, que no tienen reparo en hablar del caso como un pequeño milagro de Thanksgiving (la tradicional fiesta estadounidense que se celebra el cuarto jueves de noviembre). “Esto es una locura. Ha cambiado cómo veo a la gente por completo”, afirma McClure en una entrevista a 'New York Post'. El interés de los medios no ha hecho sino extender la palabra sobre la buena acción de Johnny, lo que ha permitido llegar a tal cifra. Teniendo en cuenta que todavía quedan días, es de esperar que la suma total sea todavía mayor.

“Pasamos de buscar habitaciones para cuatro o seis meses a apartamentos para todo el año”, asegura Mark. A juzgar por sus declaraciones, están desbordados: “Han llegado casi 100 dólares al minuto en la última media hora”, “hemos recibido dos donaciones de 2.000 dólares”, “una mujer se ofreció a pagar el alquiler durante un año”, “una gran compañía de tecnología ya le ha ofrecido un trabajo”. “Es un tipo realmente bueno, así que creo que se merece todo lo que le está pasando”, opina McClure, quien, visto el éxito de su campaña, no parece que tenga que volver nunca más a aquel guardarrail para ver a su amigo Johnny.

Bonita historia, se agradece, con tantos comportamientos insolidarios como vemos a diario.