NUESTRA DEMOCRACIA
Es la democracia una forma de gobierno en la que el pueblo es el que ejerce el poder mediante elecciones libres en las que se eligen a sus representantes, que son los que por mayoría se hacen cargo del gobierno del país.
En nuestro caso tenemos una democracia en donde la jefatura del estado la ejerce el Rey, que lo hace de forma hereditaria.
Las democracias están sustentadas en una Constitución en la que todos los ciudadanos se obligan a cumplirla y a defenderla como garantía de la continuidad y la autenticidad de nuestro Estado de Derecho.
El fundamento de la Democracia está en la existencia de los Partidos Políticos que son los que presentan sus programas y su ideología a los ciudadanos y solicitan su voto en cada una de las elecciones a las que se presentan.
Esta es en síntesis nuestra Democracia, y la verdad es que en más de 50 años de funcionamiento nos ha traído muchas cosas buenas, pero también lógicamente otras muchas malas, que es preciso que se corrijan y se solucionen por el bien de todos nosotros y de nuestro país.
Desde mi humilde opinión lo primero que ya no funciona como debiera es la división de los poderes. Porque en una democracia auténtica existen 3 poderes: El legislativo, el ejecutivo y el judicial, que deben ser totalmente independientes.
El legislativo está en el Congreso y en el Senado
El ejecutivo en el Gobierno
El judicial en los jueces.
Pues bien, nuestro legislativo obtuvo una mayoría heterogénea, con una amalgama de partidos anti constitucionales, independistas, pro terroristas, que hacen que sus objetivos vayan encaminados a conseguir intereses partidistas, no generales, que convierten al Congreso en una cámara secuestrada por intereses regionalistas independentistas, inconstitucionalitas que tienen atrapado al presidente y que le obligan a atender a sus chantajes para poder seguir en el poder.
El poder ejecutivo está igualmente controlado por el Gobierno salido de esa coalición tan poco democrática, que hace y deshace a su antojo, siempre favoreciendo a los que con su apoyo le permiten seguir en el gobierno.
El poder judicial cuando la fiscal general del Estado es una exministra de Justicia del Gobierno de Sánchez y cuando concede indultos como los de los catalanes de hace unos días, está claro que también está controlado por este gobierno tan atípico.
Existen además el Constitucional que no es superior al gobierno el Tribunal Supremo que, si lo es, porque es independiente y superior al poder judicial pero ahora se ha demostrado con los indultos que ese tribunal no veía procedentes que aquí también el gobierno se lo ha saltado todo a la torera.
El jefe del Estado, su Majestad Felipe VI, cumple perfectamente con la función que la Constitución le encomienda, pero es insultado, ofendido con quema de fotografías, olvidado y no atendido en Cataluña, como su cargo merece, y aquí el Gobierno no hace nada si no es prometer que ayudará a solucionar el problema catalán, que no solo no han pedido perdón, sino que ya están pidiendo la amnistía y la negociación de su independencia. Bueno la suya y la de los vascos porque ya ha dicho Urcullu que, en dos años, periodo en el que termina la legislatura, se la tienen que dar.
Aquí sobran los partidos anticonstitucionales, independentistas o nacionalistas, que han convertido nuestra democracia en un puzle donde las piezas de ellos son fundamentales, o admitir una segunda vuelta en nuestras elecciones, porque si no aquí no tenemos democracia tenemos una desgracia que nos puede costar cara. Pero eso sí, esta memoria histórica sí que será imborrable
Es la democracia una forma de gobierno en la que el pueblo es el que ejerce el poder mediante elecciones libres en las que se eligen a sus representantes, que son los que por mayoría se hacen cargo del gobierno del país.
En nuestro caso tenemos una democracia en donde la jefatura del estado la ejerce el Rey, que lo hace de forma hereditaria.
Las democracias están sustentadas en una Constitución en la que todos los ciudadanos se obligan a cumplirla y a defenderla como garantía de la continuidad y la autenticidad de nuestro Estado de Derecho.
El fundamento de la Democracia está en la existencia de los Partidos Políticos que son los que presentan sus programas y su ideología a los ciudadanos y solicitan su voto en cada una de las elecciones a las que se presentan.
Esta es en síntesis nuestra Democracia, y la verdad es que en más de 50 años de funcionamiento nos ha traído muchas cosas buenas, pero también lógicamente otras muchas malas, que es preciso que se corrijan y se solucionen por el bien de todos nosotros y de nuestro país.
Desde mi humilde opinión lo primero que ya no funciona como debiera es la división de los poderes. Porque en una democracia auténtica existen 3 poderes: El legislativo, el ejecutivo y el judicial, que deben ser totalmente independientes.
El legislativo está en el Congreso y en el Senado
El ejecutivo en el Gobierno
El judicial en los jueces.
Pues bien, nuestro legislativo obtuvo una mayoría heterogénea, con una amalgama de partidos anti constitucionales, independistas, pro terroristas, que hacen que sus objetivos vayan encaminados a conseguir intereses partidistas, no generales, que convierten al Congreso en una cámara secuestrada por intereses regionalistas independentistas, inconstitucionalitas que tienen atrapado al presidente y que le obligan a atender a sus chantajes para poder seguir en el poder.
El poder ejecutivo está igualmente controlado por el Gobierno salido de esa coalición tan poco democrática, que hace y deshace a su antojo, siempre favoreciendo a los que con su apoyo le permiten seguir en el gobierno.
El poder judicial cuando la fiscal general del Estado es una exministra de Justicia del Gobierno de Sánchez y cuando concede indultos como los de los catalanes de hace unos días, está claro que también está controlado por este gobierno tan atípico.
Existen además el Constitucional que no es superior al gobierno el Tribunal Supremo que, si lo es, porque es independiente y superior al poder judicial pero ahora se ha demostrado con los indultos que ese tribunal no veía procedentes que aquí también el gobierno se lo ha saltado todo a la torera.
El jefe del Estado, su Majestad Felipe VI, cumple perfectamente con la función que la Constitución le encomienda, pero es insultado, ofendido con quema de fotografías, olvidado y no atendido en Cataluña, como su cargo merece, y aquí el Gobierno no hace nada si no es prometer que ayudará a solucionar el problema catalán, que no solo no han pedido perdón, sino que ya están pidiendo la amnistía y la negociación de su independencia. Bueno la suya y la de los vascos porque ya ha dicho Urcullu que, en dos años, periodo en el que termina la legislatura, se la tienen que dar.
Aquí sobran los partidos anticonstitucionales, independentistas o nacionalistas, que han convertido nuestra democracia en un puzle donde las piezas de ellos son fundamentales, o admitir una segunda vuelta en nuestras elecciones, porque si no aquí no tenemos democracia tenemos una desgracia que nos puede costar cara. Pero eso sí, esta memoria histórica sí que será imborrable
D. Manuel me reconforta que alguien analice lo que estamos viviendo, difícil de asimilar que los que tienen la obligación de defender la unidad de la Nación, están dando oxígeno a los secesionistas. Esta misma noche escucho con estupor repetir hasta la saciedad, al presidente de Cataluña que todo esto sólo puede acabar en la amnistía y el referéndum.
Tauro.
Tauro.