Manual de sexualidad.
No tiene la fecha de edición, pero debe de ser de los años 40-50.
Lo más sorprendente es que todo el
libro está dirigido al
hombre. No hay ni un sólo capítulo en el que el autor se dirija a la
mujer como lectora, y se la ignora como si fuese un ser asexuado que solamente tiene que dejarse hacer.
Una vez, hablando de estos temas con una mujer mayor, me confesó que no había visto nunca sus propios genitales. Aunque había estado casada y parido varios hijos, jamás se le ocurrió coger un espejito y descubrir visualmente su cuerpo. Afortunadamente, toda esta desinformación quedó atrás.