Ya ves Ángel, nos calentábamos los pies, pero el resto del cuerpo, nada, en otras escuelas he oido que habia estufas de leña, pero en la nuestra no.
En mi escuela sí había estufa de leña. Cada día uno de nosotros llevaba la leña, bien de roble o cepas. Y bueno, algo si calentaba.