No creas que entro en cólera tan fácilmente. Aunque multiplicaras por miles tus cualidades inadecuadas, no lo conseguirías. Ni siquiera me enojo con tu persona que, de acuerdo con tu espíritu, debe ser bastante deforme, por aquello de que "la cara es el espejo del Alma". Son tus acciones, infeliz, tus acciones...
Es por tus acciones, propias de un ser sin sentimientos, la censura. Esa es la razón por la que siempre estás tan amargado y vengativo con la Divinidad, cuya Luz no puedes ver, y con el entorno social que te rodea y que no respetas.
Lo que no quiero seguir consintiendo y debes comprender por qué, es que te reiteres en ultrajar al Dios que tanto amo, aunque sé que, aunque quieras, no puedes conseguirlo, ya que Él no está al alcance de tus vilezas, propias de un ser muy cercano aún al proceso larvario. Pero, es triste, muy triste el contemplarte en esa oscuridad tan tenebrosa, preludio de la que te aguardará al final de tus días, en un horripilante lugar. ¡Oh, Dios mío, me parece estar oyendo tus lamentos y crujir de dientes, tu desesperación terrible en el tiempo inacabable, en ese lugar viscoso y frío!
Me das pena ¡pobrecillo! Debes ser muy infeliz, para estar siempre incubando tanto veneno, tanto odio y tanto rencor. Es lamentable que, siendo como eres hijo del Supremo Creador, no tengas en tu interior ni un solo rayo de luz suya.
Mi postura, no es de represalia personal, sino simplemente de justicia. Tus escritos y los de otros del Foro, que perseveran en tus mismos errores, están ya en manos de la Brigada de Investigación Tecnológica, de todos los arzobispados del país, de la policía nacional y del Rey. Como ciudadano responsable es lo que tenía que hacer, sin sospesar la indiferencia punible de aquellos otros que han estado leyendo y callando, sin mover un dedo.
Se ha agotado mi paciencia y ahora, si aún queda un poco de justicia humana, te enfrentarás a las consecuencias de infringir las leyes constitucionales, que condenan a los que injurian gravemente a la Casa Real y otras instituciones, entre seis meses y dos años de cárcel, según la legislación vigente. No creas que no van a dar contigo, aunque te escondas detrás de ese pseudónimo. Por tu IP te encontrarán y cabe en lo posible, que te den tu merecido.
Tal vez te escapes, tal vez no. Pero, si lo primero sucede y evades la justicia humana, jamás te escaparás de la justicia divina. ¡Pobre de tí! Los días venideros te irán dando prueba de ello y, aunque no quieras, te acordarás de mí. Ya lo creo que me recordarás y no te mofarás entonces, como haces ahora, sino que llorarás amargamente, al comprobar que te has alejado tanto de tu Dios.
Ahora, habrás de enfrentarte a tu destino. Ya sabes, los Punidores...
Es por tus acciones, propias de un ser sin sentimientos, la censura. Esa es la razón por la que siempre estás tan amargado y vengativo con la Divinidad, cuya Luz no puedes ver, y con el entorno social que te rodea y que no respetas.
Lo que no quiero seguir consintiendo y debes comprender por qué, es que te reiteres en ultrajar al Dios que tanto amo, aunque sé que, aunque quieras, no puedes conseguirlo, ya que Él no está al alcance de tus vilezas, propias de un ser muy cercano aún al proceso larvario. Pero, es triste, muy triste el contemplarte en esa oscuridad tan tenebrosa, preludio de la que te aguardará al final de tus días, en un horripilante lugar. ¡Oh, Dios mío, me parece estar oyendo tus lamentos y crujir de dientes, tu desesperación terrible en el tiempo inacabable, en ese lugar viscoso y frío!
Me das pena ¡pobrecillo! Debes ser muy infeliz, para estar siempre incubando tanto veneno, tanto odio y tanto rencor. Es lamentable que, siendo como eres hijo del Supremo Creador, no tengas en tu interior ni un solo rayo de luz suya.
Mi postura, no es de represalia personal, sino simplemente de justicia. Tus escritos y los de otros del Foro, que perseveran en tus mismos errores, están ya en manos de la Brigada de Investigación Tecnológica, de todos los arzobispados del país, de la policía nacional y del Rey. Como ciudadano responsable es lo que tenía que hacer, sin sospesar la indiferencia punible de aquellos otros que han estado leyendo y callando, sin mover un dedo.
Se ha agotado mi paciencia y ahora, si aún queda un poco de justicia humana, te enfrentarás a las consecuencias de infringir las leyes constitucionales, que condenan a los que injurian gravemente a la Casa Real y otras instituciones, entre seis meses y dos años de cárcel, según la legislación vigente. No creas que no van a dar contigo, aunque te escondas detrás de ese pseudónimo. Por tu IP te encontrarán y cabe en lo posible, que te den tu merecido.
Tal vez te escapes, tal vez no. Pero, si lo primero sucede y evades la justicia humana, jamás te escaparás de la justicia divina. ¡Pobre de tí! Los días venideros te irán dando prueba de ello y, aunque no quieras, te acordarás de mí. Ya lo creo que me recordarás y no te mofarás entonces, como haces ahora, sino que llorarás amargamente, al comprobar que te has alejado tanto de tu Dios.
Ahora, habrás de enfrentarte a tu destino. Ya sabes, los Punidores...