El 4 de agosto de 1939, desde la cárcel madrileña de Ventas, Julia una de estas trece mujeres le escribiría a su madre “madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para siempre. Tu hija que ya jamás te podrá besar ni abrazar… Que no me lloréis. Que mi nombre no se borre de la historia.” Estas fueron las últimas palabras de Julia Conesa Conesa, una de “las trece rosas”.
Y los 13 seminaristas que no hicieron mal a nadie ¿qué?
Dejemos en paz a lo que pasó hace 90 años y centrémonos en lo que acontece ahora, que no puede ser más lamentable.
Dejemos en paz a lo que pasó hace 90 años y centrémonos en lo que acontece ahora, que no puede ser más lamentable.
El odio acumulado por esta gente de izquierdas que no tienen nada
que aportar a un país solo se valen de estas cochinadas para seguir
chupando........... del bote sin dar un palo.
que aportar a un país solo se valen de estas cochinadas para seguir
chupando........... del bote sin dar un palo.