Cualquier mozalbete aficionado a la informática, puede meterse hasta en el ordenador del vecino (si ambos tienen wifi) y enviar lo que quiera ocultando su identidad. Cada dos por tres, estos mozalbetes se meten en empresas y organismos que disponen de los mejores técnicos y medios para evitar el ataque y el intrusismo en sus sistemas informáticos y no les pillan. Estos casos no trascienden a la prensa ni al publico; porque las mismas empresas e instituciones son las menos interesadas en que se conozca su vulnerabilidad.