Washington, 22 nov (EFE).- La estabilización de la
economía española, impulsada por el crecimiento de las exportaciones y el fortalecimiento del sistema financiero, afronta aún notables riesgos por la dificultad de acceso al crédito ante el fin del programa de rescate a la banca, informó hoy el FMI.
"La economía española está mostrando signos de estabilización", indica el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su cuarto informe de supervisión de la reforma financiera en
España.
Los técnicos del Fondo subrayan que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) volvió a la senda positiva en el tercer trimestre, al aumentar el 0,1 %, y que se espera que registre superávit por cuenta corriente en 2013 por primera vez en 20 años, apoyado por unas exportaciones que crecen cerca de un 6 % anual.
Estos elementos, unidos a la "limpieza" de los balances de los bancos en el programa que ha permitido incrementar "significativamente" la liquidez y el capital del sistema, han contribuido al repunte de los mercados financieros de España y al descenso de la prima de riesgo de la deuda española en cerca de 65 puntos básicos entre junio y octubre.
Sin embargo, el Fondo expresa cautela al asegurar que el ritmo de recuperación "es probable que sea contenido, dado el difícil proceso en marcha de corrección de desequilibrios".
Aunque considera que "esencialmente" todas las medidas de reforma financiera han sido aplicadas, sigue observando notables riesgos derivados del aumento de los préstamos dudosos y de la persistente escasez en el flujo de crédito.
"El volumen de préstamos dudosos sigue creciendo, y alcanzó un 12,1 % del total de préstamos para finales de agosto" -en septiembre llegó al 12,68 %-, lo que supone un incremento de 0,9 puntos porcentuales en un solo trimestre, precisan los funcionarios del organismo internacional dirigido por Christine Lagarde.
En este punto, y al igual que en los datos de su Informe de Estabilidad Financiera Global presentado en la reunión anual de octubre, precisa que la ratio de cobertura "ha mejorado gracias a los esfuerzos de los bancos por aumentar sus provisiones".
Además, el Fondo subraya que las condiciones de crédito en España permanecen más ajustadas que en el núcleo de la eurozona.
"Los préstamos al sector privado no financiero cayeron un 6,75 % a nivel interanual, una de las contracciones más rápidas entre las principales economías avanzadas", señala el informe elaborado por los técnicos del Fondo que estuvieron en
Madrid entre el 16 y el 27 de septiembre.
Por otro lado, comenta la situación del sector
inmobiliario, cuya burbuja incrementó la onda expansiva de la crisis.
De acuerdo con el FMI, los precios de la
vivienda han continuado su bajada: en junio registraron una caída de entre el 9 % y el 12 % con respecto al pasado año, pero entre un 30 % y un 40 % si se compara con los máximos históricos.
Destaca el caso de la Sareb, el llamado "banco malo", que gestiona gran parte de los activos inmobiliarios tóxicos, el cual ha "acelerado" el ritmo de ventas en los últimos meses, y el "notable incremento" del interés por el mercado inmobiliario mostrado recientemente por parte de inversores extranjeros.
El informe del FMI se encuadra en el programa de asistencia a la banca española, por el que se han empleado 41.300 millones de euros de la línea de crédito de hasta 100.000 millones concedida por las autoridades de Bruselas y el Banco Central Europeo (BCE (Toronto: BCE. TO -
noticias)), y en el que el Fondo cumple un papel de supervisor.
El último y definitivo informe está previsto que se presente a comienzos de 2014, ya que el programa culmina el 23 de enero próximo.
El Fondo insiste en que, para que el ajuste en España sea más rápido y menos costoso, es "fundamental" la puesta en práctica de acciones a nivel europeo.
Y cita como una de las "prioridades" el "continuado apoyo monetario" por parte del BCE, que recientemente rebajó el tipo de interés rector en un cuarto de punto hasta el mínimo histórico del 0,25 %.
Asimismo, el FMI reclama "un ágil progreso" hacia la completa unión bancaria que permita que las empresas
españolas "puedan competir por la financiación por sus propios méritos, independientemente de su país de residencia".
Estos dos elementos, recalca el Fondo, reducirían los costes de financiación y de pago de deuda de las empresas, negocios y bancos, y fomentarían un impulso de la demanda interna y de las exportaciones