Observo que está el horno algo caliente....

Observo que está el horno algo caliente.
Además, se os ha ido la olla de la economía al terrorismo.

Hay que centrarse. (En el tema que estamos)

Veamos. Esto de la crisis tiene sus valores. De momento, España entera - incluyendo las autonomías - se está dando un baño de economía, de tal forma, que pones a un español en un desierto y te lo devuelve hecho un oasis.

El asunto de la PAPA es bastante complicado, y aunque desde una perspectiva doméstica pueda reducirse a restar lo que se saca de lo que se mete, al extrapolar para muchas familias y muchas mentalidades, eso se convierte en tarea de locos.

En tertulias con algunos conocidos, después de las elecciones de 2008, ganadas sorprendentemente por ZP, muchos de ellos no llegaban a comprender cómo era posible que después de los patinazos en política terrorista, territorial, social, etc de este socialista, se siguiera votando al mismo. Algo parecido a lo que ha sucedido en las últimas elecciones autonómicas en Andalucía.

También a mí me sorprende que ante la evidencia de la ineptitud de un político se le siga votando. Esto es muy frecuente en España. Hay políticos acreditados por el trinque, la mala baba y la corrupción, y aún peor, por su participación o apoyo a actos de terrorismo, y se les sigue votando por encima de personas limpias, preparadas y honestas.

En estos casos una cosa está clara: el que recibe el voto no es culpable de nada, la responsabilidad del uso de ese voto es enteramente del que lo deposita.

Y es en este punto donde yo me he permitido aportar una pequeña reflexión.

No sé por qué, pero parece existir en el instinto de muchos votantes la inclinación a votar al personaje que, creen ellos, hará un reparto más generalizado del dinero público.

Lo gracioso del asunto es que esta gente ve en la IZQUIERDA a los protagonistas de ese reparto.

Claro está, cuando no hay que repartir, se cambian de chaqueta y votan a la derecha, que por oposición, suponen que irá haciendo acopio de riqueza, la cual una vez suplida en las arcas públicas, se volverá a repartir a través de otro gobierno de izquierdas.

Así parece funcionar nuestra política, y parecen explicarse ciertos sobresaltos electorales autonómicos y nacionales.

Si estoy en lo cierto, es difícil entender por qué ocurre esto así. Lo lógico sería que los malos gobernantes fuesen desechados, fuesen del signo que fuesen. La experiencia nos dice que las cosas no ocurren de este modo.

¿Por qué?, ¿Es cuestión de cultura?, ¿de riqueza personal?, ¿de educación?,..., ¿de todo un poco?

Por lógica, el que tiene un buen estatus económico, siente aversión al reparto. Es cuestión de instinto.

¿Habrá que concluir que en lo más profundo de nuestro voto late una cuestión de INSTINTO, y que eso de las IZQUIERDAS Y LAS DERECHAS es una mamandurría para ocultar unas intenciones egoístas?

Otro efecto, del que sin duda se benefician los políticos corruptos, es lo que voy a llamar "EL EFECTO CLAN". Consiste en el ocultamiento que se produce cuando el corrupto se ve rodeado por palmeros de su grupo político que lo apoyan, Y QUE NO SON CORRUPTOS COMO ÉL. Lógicamente, el efecto clan beneficia a los corruptos pues los envuelve en un halo de honestidad, cuando en realidad ellos no son honestos. También los envuelve en un halo de eficacia, cuando es posible que sean unos auténticos ineptos.

En fin, aquí les dejo estas reflexiones para que las lean si tienen tiempo.

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