La debilidad del mercado laboral, que podría dejar de crear empleo ya este año, es el principal síntoma de las malas perspectivas que atraviesa la economía. Una coyuntura que se podría complicar todavía más si se llevan a cabo algunas de las medidas propuestas por el Gobierno en materia laboral o fiscal. Con todo, el incipiente pacto entre Estados Unidos y China puede impulsar las exportaciones, al tiempo que la demanda interna sigue manteniendo una cierta pujanza.
El renovado equipo de Pedro Sánchez toma las riendas del Gobierno en un momento en el que sobre la economía se acumulan cada vez más señales de desaceleración, tal como muestran los principales indicadores del mercado laboral, las exportaciones, la industria o la inversión. El momento es crítico, ya que los expertos temen que el crecimiento del PIB este año, junto con la contrarreforma laboral y las subidas de costes laborales, no sea suficiente como para crear empleo. Y todo ello, a su vez, podría hacer que el déficit quedase descontrolado, ya que será difícil compensar el aumento presupuestario exigido en el acuerdo de investidura si los ingresos no crecen también con fuerza. Todo ello podría echar por tierra los pequeños rayos de esperanza que empiezan a vislumbrarse entre las nubes del panorama económico.
Un síntoma de la importancia que tiene la economía para la legislatura que acaba de comenzar es la creación de una vicepresidencia económica, comandada por la ministra Nadia Calviño. Y quizá la peor señal que transmite la economía es el frenazo del mercado laboral, que apenas creó 384.373 puestos de trabajo el último año, frente a los más de medio millón creados en cada uno de los cinco ejercicios anteriores, en promedio. Y las previsiones para este año no son nada halagüeñas, ya que la Comisión Europea prevé que este año apenas se generarán unos 200.000 empleos. Sin embargo, las medidas que el nuevo Ejecutivo tome podrían reducir significativamente esta cifra, especialmente una contrarreforma laboral, una subida brusca del salario mínimo o un nuevo destope de las cotizaciones sociales. De hecho, el Instituto de Estudios Económicos cree que la creación de empleo se podría detener en seco si se toman estas medidas.
El renovado equipo de Pedro Sánchez toma las riendas del Gobierno en un momento en el que sobre la economía se acumulan cada vez más señales de desaceleración, tal como muestran los principales indicadores del mercado laboral, las exportaciones, la industria o la inversión. El momento es crítico, ya que los expertos temen que el crecimiento del PIB este año, junto con la contrarreforma laboral y las subidas de costes laborales, no sea suficiente como para crear empleo. Y todo ello, a su vez, podría hacer que el déficit quedase descontrolado, ya que será difícil compensar el aumento presupuestario exigido en el acuerdo de investidura si los ingresos no crecen también con fuerza. Todo ello podría echar por tierra los pequeños rayos de esperanza que empiezan a vislumbrarse entre las nubes del panorama económico.
Un síntoma de la importancia que tiene la economía para la legislatura que acaba de comenzar es la creación de una vicepresidencia económica, comandada por la ministra Nadia Calviño. Y quizá la peor señal que transmite la economía es el frenazo del mercado laboral, que apenas creó 384.373 puestos de trabajo el último año, frente a los más de medio millón creados en cada uno de los cinco ejercicios anteriores, en promedio. Y las previsiones para este año no son nada halagüeñas, ya que la Comisión Europea prevé que este año apenas se generarán unos 200.000 empleos. Sin embargo, las medidas que el nuevo Ejecutivo tome podrían reducir significativamente esta cifra, especialmente una contrarreforma laboral, una subida brusca del salario mínimo o un nuevo destope de las cotizaciones sociales. De hecho, el Instituto de Estudios Económicos cree que la creación de empleo se podría detener en seco si se toman estas medidas.