España huele a Grecia, y Europa, Trump y los inversores lo saben.
El Gobierno ha enviado a Bruselas nuevas y demoledoras perspectivas económicas que hacen presagiar un futuro con tintes helenos de similar impacto para el país. Si hay rescate, habrá exigentes condiciones a cambio y, quizas, un Varoufakis a la española.
El Gobierno ha enviado a Bruselas nuevas y demoledoras perspectivas económicas que hacen presagiar un futuro con tintes helenos de similar impacto para el país. Si hay rescate, habrá exigentes condiciones a cambio y, quizas, un Varoufakis a la española.