Educación para la reforma
"EDUCACION CIVICA"
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, anunció ayer el cambio de la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía, por la de Educación Cívica y Constitucional, de la que se pretenden dejar fuera cuestiones controvertidas. La nueva asignatura estará «libre de adoctrinamiento ideológico», según las palabras que el propio Wert eligió para explicar el cambio, en su primera comparecencia ante la Comisión de Educación y Deporte del Congreso.
La sustitución de una asignatura que había generado un fuerte rechazo entre un amplio sector de los padres y de la comunidad educativa en general constituye una de las novedades más llamativas entre los anuncios realizados por el ministro y es, también, el más esperado. La resistencia a que alumnos en proceso de maduración de la personalidad quedaran bajo el influjo de una asignatura con un currículo considerado fuertemente ideológico, se había traducido en un movimiento de objeción y una confrontación que introducía mucho ruido en torno a una de esas materias, la educación, que requiere precisamente de todo lo contrario.
Anunciado el cambio, cabe esperar que la nueva asignatura no suscite la polémica de Educación para la Ciudadanía, puesto que los contenidos previstos inicialmente por el ministro Wert no resultan cuestionables. Que los alumnos se formen en una materia dedicada al estudio y conocimiento de la Constitución Española contribuirá a educarles como ciudadanos, que ha de ser una profesión tan importante como la que elijan desarrollar en su vida de adultos.
El ministro de Educación avanzó además otros cambios de calado, entre los que destaca la reforma de la Educación Secundaria. La edad de la educación obligatoria se mantendrá a los 16 años, pero el último de los cuatro años se reservará para iniciar el itinerario formativo en Bachillerato o Formación Profesional de Grado Medio. Para esta última se reservan además cambios en el modelo, al igual que se abordará un plan de bilingüismo que tiene por objeto elevar el pobre nivel de inglés que presentan los alumnos españoles.
Existe bastante consenso en torno a la necesidad de introducir cambios en todos los niveles del sistema educativo, con el fin de mejorar los resultados y, por ello, los anuncios realizados ayer por Wert se acogen con cierta esperanza. No obstante, la experiencia de los fracasos de anteriores reformas contribuyen a introducir también un alto nivel de inquietud. Los cambios van, en principio, en la dirección acertada. Habrá que ver cómo se concretan y, sobre todo, en qué se traducen
"EDUCACION CIVICA"
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, anunció ayer el cambio de la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía, por la de Educación Cívica y Constitucional, de la que se pretenden dejar fuera cuestiones controvertidas. La nueva asignatura estará «libre de adoctrinamiento ideológico», según las palabras que el propio Wert eligió para explicar el cambio, en su primera comparecencia ante la Comisión de Educación y Deporte del Congreso.
La sustitución de una asignatura que había generado un fuerte rechazo entre un amplio sector de los padres y de la comunidad educativa en general constituye una de las novedades más llamativas entre los anuncios realizados por el ministro y es, también, el más esperado. La resistencia a que alumnos en proceso de maduración de la personalidad quedaran bajo el influjo de una asignatura con un currículo considerado fuertemente ideológico, se había traducido en un movimiento de objeción y una confrontación que introducía mucho ruido en torno a una de esas materias, la educación, que requiere precisamente de todo lo contrario.
Anunciado el cambio, cabe esperar que la nueva asignatura no suscite la polémica de Educación para la Ciudadanía, puesto que los contenidos previstos inicialmente por el ministro Wert no resultan cuestionables. Que los alumnos se formen en una materia dedicada al estudio y conocimiento de la Constitución Española contribuirá a educarles como ciudadanos, que ha de ser una profesión tan importante como la que elijan desarrollar en su vida de adultos.
El ministro de Educación avanzó además otros cambios de calado, entre los que destaca la reforma de la Educación Secundaria. La edad de la educación obligatoria se mantendrá a los 16 años, pero el último de los cuatro años se reservará para iniciar el itinerario formativo en Bachillerato o Formación Profesional de Grado Medio. Para esta última se reservan además cambios en el modelo, al igual que se abordará un plan de bilingüismo que tiene por objeto elevar el pobre nivel de inglés que presentan los alumnos españoles.
Existe bastante consenso en torno a la necesidad de introducir cambios en todos los niveles del sistema educativo, con el fin de mejorar los resultados y, por ello, los anuncios realizados ayer por Wert se acogen con cierta esperanza. No obstante, la experiencia de los fracasos de anteriores reformas contribuyen a introducir también un alto nivel de inquietud. Los cambios van, en principio, en la dirección acertada. Habrá que ver cómo se concretan y, sobre todo, en qué se traducen
De momento el cambio yo lo veo positivo. Si alguien no ha leído Educación para la Ciudadanía, le invito a que lo haga.