Hace más de 50 años que me casé y sigo sintiendo por mi esposa el mismo amor que el primer día. Cambian los cuerpos, es verdad, pero puede uno seguir sintiéndose el joven de 25 si su pensamiento así lo dictamina. El cariño después de los cincuenta se va perfeccionando con la comprensión, la amistad amorosa, la ternura, el respeto y la tolerancia. Si puede excluirse el egoísmo, el mayor mal de esta Generación, las parejas de edad avanzada pueden ser felices al máximo. Palabra de anciano.