La AECOSAN aconseja mantener las recomendaciones de salud pública sobre el consumo moderado de carne
n octubre de 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), que es el órgano de la Organización Mundial de la Salud (OMS) especializado en el cáncer, presentó un informe en el que se evaluaba la asociación entre el consumo de carne roja y carne procesada y el desarrollo de cáncer. Este precedía a la publicación del estudio completo que ya ha sido publicado en la página web del IARC.
El estudio viene a refrendar, mediante una exposición detallada de toda la documentación que se ha tomado en consideración en el mismo ya que se describen de manera pormenorizada las posibles asociaciones entre la exposición por consumo de carne roja y/o carne procesada y distintos tipos de cáncer (pulmón, colorectal, próstata, mama, estómago, páncreas y esófago), las conclusiones que el IARC había comunicado en su día y sobre las cuales la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición ya se había pronunciado y sobre el cual la OMS había publicado un documento de preguntas y respuestas.
Ahondando un poco más en el estudio publicado, se puede observar, tal y como concluye este, que el grupo de trabajo encargado de la elaboración de dicho estudio detectó que los mecanismos carcinogénicos asociados con el consumo de carne roja y carne procesada no pueden ser atribuidos solamente a un componente particular de la carne por lo que cabe esperar que el consumo de carne no sea el único factor que influye en la aparición de neoplasias malignas, sino que el desarrollo de cáncer podría verse influenciado por la confluencia de varios factores como pueden ser: el cocinado, la aparición de nitroso compuestos, la oxidación de los lípidos, aparición de HAPs, contaminantes ambientales, residuos, productos derivados del proceso de curado y ahumado, etc.
La conclusión principal del estudio es que se han observado asociaciones positivas entre el consumo de carne roja y cáncer de colon, páncreas y próstata y que hay evidencias suficientes para establecer una asociación entre el consumo de carne procesada y la aparición de cáncer de colon y cáncer de estómago. Estas asociaciones entre consumo de carne y desarrollo de cáncer se han apoyado en estudios que han mostrado la aparición de lesiones preneoplásicas derivadas del consumo de ambos tipos de carne tanto en humanos como en roedores.
El estudio refrenda la clasificación que ya se hizo pública en su momento, estableciendo que el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para humanos (Grupo 2A) y el consumo de carne procesada es carcinogénico para los humanos (Grupo 1).
Finalmente comentar que el IARC reconoce también que el consumo de carne aporta una gran cantidad de proteína de alto valor biológico así como una gran cantidad de micronutrientes en los que se incluyen las vitaminas del complejo B, hierro y zinc por lo que atendiendo a estas indicaciones, hay que establecer un balance riesgo beneficio en el consumo de carne roja y carne procesada.
Por todo lo señalado, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) aconseja mantener las actuales recomendaciones de salud pública sobre el consumo moderado de carne, 2-3 veces por semana, ya que su consumo continuado y/o excesivo puede relacionarse con determinados problemas de salud, teniendo muy en cuenta que la carne es una fuente importante de proteínas de alto valor biológico, aportando además una gran cantidad de micronutrientes en los que se incluyen las vitaminas del complejo B, hierro, potasio, fósforo y zinc. Así lo recogen todas las guías nutricionales existentes.
AECOSAN mantiene esta postura tras conocer el informe completo de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud, que vincula, en distintos grados, el consumo de carnes rojas y de carnes procesadas con el riesgo de sufrir esta enfermedad, tal y como se había pronunciado en octubre 2015 una vez publicada la nota inicial sobre el mismo.
AECOSAN también recuerda que los beneficios de una dieta variada, moderada y equilibrada, como la mediterránea, rica en frutas, verduras, aceite de oliva, legumbres y pescado, con consumo limitado de carnes, están evidenciados científicamente, y es en ellos en los que se apoyan las recomendaciones nutricionales de nuestro país.
n octubre de 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), que es el órgano de la Organización Mundial de la Salud (OMS) especializado en el cáncer, presentó un informe en el que se evaluaba la asociación entre el consumo de carne roja y carne procesada y el desarrollo de cáncer. Este precedía a la publicación del estudio completo que ya ha sido publicado en la página web del IARC.
El estudio viene a refrendar, mediante una exposición detallada de toda la documentación que se ha tomado en consideración en el mismo ya que se describen de manera pormenorizada las posibles asociaciones entre la exposición por consumo de carne roja y/o carne procesada y distintos tipos de cáncer (pulmón, colorectal, próstata, mama, estómago, páncreas y esófago), las conclusiones que el IARC había comunicado en su día y sobre las cuales la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición ya se había pronunciado y sobre el cual la OMS había publicado un documento de preguntas y respuestas.
Ahondando un poco más en el estudio publicado, se puede observar, tal y como concluye este, que el grupo de trabajo encargado de la elaboración de dicho estudio detectó que los mecanismos carcinogénicos asociados con el consumo de carne roja y carne procesada no pueden ser atribuidos solamente a un componente particular de la carne por lo que cabe esperar que el consumo de carne no sea el único factor que influye en la aparición de neoplasias malignas, sino que el desarrollo de cáncer podría verse influenciado por la confluencia de varios factores como pueden ser: el cocinado, la aparición de nitroso compuestos, la oxidación de los lípidos, aparición de HAPs, contaminantes ambientales, residuos, productos derivados del proceso de curado y ahumado, etc.
La conclusión principal del estudio es que se han observado asociaciones positivas entre el consumo de carne roja y cáncer de colon, páncreas y próstata y que hay evidencias suficientes para establecer una asociación entre el consumo de carne procesada y la aparición de cáncer de colon y cáncer de estómago. Estas asociaciones entre consumo de carne y desarrollo de cáncer se han apoyado en estudios que han mostrado la aparición de lesiones preneoplásicas derivadas del consumo de ambos tipos de carne tanto en humanos como en roedores.
El estudio refrenda la clasificación que ya se hizo pública en su momento, estableciendo que el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para humanos (Grupo 2A) y el consumo de carne procesada es carcinogénico para los humanos (Grupo 1).
Finalmente comentar que el IARC reconoce también que el consumo de carne aporta una gran cantidad de proteína de alto valor biológico así como una gran cantidad de micronutrientes en los que se incluyen las vitaminas del complejo B, hierro y zinc por lo que atendiendo a estas indicaciones, hay que establecer un balance riesgo beneficio en el consumo de carne roja y carne procesada.
Por todo lo señalado, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) aconseja mantener las actuales recomendaciones de salud pública sobre el consumo moderado de carne, 2-3 veces por semana, ya que su consumo continuado y/o excesivo puede relacionarse con determinados problemas de salud, teniendo muy en cuenta que la carne es una fuente importante de proteínas de alto valor biológico, aportando además una gran cantidad de micronutrientes en los que se incluyen las vitaminas del complejo B, hierro, potasio, fósforo y zinc. Así lo recogen todas las guías nutricionales existentes.
AECOSAN mantiene esta postura tras conocer el informe completo de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud, que vincula, en distintos grados, el consumo de carnes rojas y de carnes procesadas con el riesgo de sufrir esta enfermedad, tal y como se había pronunciado en octubre 2015 una vez publicada la nota inicial sobre el mismo.
AECOSAN también recuerda que los beneficios de una dieta variada, moderada y equilibrada, como la mediterránea, rica en frutas, verduras, aceite de oliva, legumbres y pescado, con consumo limitado de carnes, están evidenciados científicamente, y es en ellos en los que se apoyan las recomendaciones nutricionales de nuestro país.
¿Y qué es el consumo moderado para ti?