Lo que está ocurriendo, estos días, con el Juez Garzón, sentado en el banquillo de los acusados por investigar -parece ser que de forma poco ortodoxa, según sus acusadores, aunque el Ministerio Fiscal no ha encontrado resposabilidad en el asunto- determinados hechos fraudulentos del llamado caso "gürtel"; es algo que no tiene parangón conocido en el mundo de los asuntos o procesos judiciales. Está claro que determinados sectores de la vida política española, perfectamente definidos y relacionados con la derecha más recalcitrante, pretenden "cargarse", como sea, a este Juez que tantas pruebas a dado en su lucha contra el terrorismo, en su día, contra la corrupción política y económica de este país. Habiendo llegado a participar, imcluso, haciendo uso del principio de justicia universal en la persecución de delincuentes como lo fue el caso del dictador Pinochet.