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POLÍTICA | ESPAÑA
¿Quiénes han logrado sentar al juez Garzón en el banquillo?
EFE - Miércoles, 7 de Abril de 2010 - Actualizado a las 12:58h.
MADRID. Asociaciones ultraderechistas como Manos Limpias y Falange Española de las JONS, imputados en el "caso Gürtel" y abogados están detrás de las querellas que, vista la decisión adoptada hoy por el Tribunal Supremo, llevarán al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón al banquillo de los acusados.
A las querellas por ordenar la intervención de las comunicaciones en la cárcel de los imputados en la trama "Gürtel" y la de Manos Limpias y Falange por investigar los crímenes del franquismo se suma la de los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea por los cobros que Garzón recibió durante su estancia en la Universidad de Nueva York entre 2005 y 2006.
De todos estos querellantes, es Manos Limpias la que parece haber tenido siempre a Baltasar Garzón como objetivo preferente.
Este colectivo, que se define como un "sindicato de ámbito nacional" pero que no tiene representación en ningún centro de trabajo, fue fundado en 1995 por el abogado Miguel Bernad Remón, ex secretario general del Frente Nacional -partido de ultraderecha creado en 1986 por Blas Piñar para reconstruir Fuerza Nueva-.
Desde entonces ha interpuesto numerosas denuncias y, aunque la mayoría han sido desestimadas, su mayor logro fue la condena del ex presidente del Parlamento vasco Juan María Atutxa en 2008 por no disolver el grupo Sozialista Abertzaleak.
Bernad ha llegado a denunciar a unos bomberos de Madrid que reclamaron mejoras laborales quedándose en calzoncillos o un capítulo del programa infantil de TVE "Los Lunnis" que mostró una boda gay, y todo eso sin perder de vista a Garzón.
Desde 1997 le ha denunciado "por prevaricación y usurpación de atribucones", por dilación en las investigaciones sobre la Expo 92, por la filtración del informe médico del dictador chileno Augusto Pinochet, por la investigación sobre los GAL y los fondos reservados o por el supuesto "chivatazo" a ETA.
En su última actuación contra el magistrado, la que puede costarle a Garzón la suspensión cautelar, han acompañado a Manos Limpias la asociación Libertad e Identidad y Falange Española de las JONS, heredera del partido fundado en 1933 por José Antonio Primo de Rivera.
Falange, que niega ser una organización "ultra" o "heredera política del franquismo", decidió denunciar a Garzón para "defender la memoria de los falangistas", a quienes -según dicen- el juez acusó genéricamente de crímenes contra la humanidad, en los que "no tuvo nada que ver" porque el partido había dejado de existir en 1937.
No obstante, los defensores del magistrado cuestionan que el Tribunal Supremo pueda sentar en el banquillo al juez pionero de la Justicia universal por denuncias de la ultraderecha a la que pretendía investigar.
El abogado Antonio Panea que, junto a Mazón, ha denunciado a Garzón por las retribuciones que recibió en Nueva York, es también un viejo conocido del magistrado.
Ex directivo de Banesto y posteriormente accionista del Banco de Santander, Panea fue uno de los promotores de una querella -archivada por Garzón- contra el presidente de la entidad, Emilio Botín, relacionada con el caso de las "cesiones de crédito".
Mazón, por su parte, fue el abogado que consiguió la inhabilitación del juez Ferrin Calamita por retardar una adopción solicitada por una pareja de lesbianas, y la condena de once magistrados del Tribunal Constitcional por "negligencia profesional" por desestimar sin estudiarlo un recurso presentado por el letrado.
Y los últimos en unirse a la batalla contra Garzón han sido los imputados en el "caso Gürtel".
El Tribunal Supremo ha permitido que los abogados del cabecilla de la red de corrupción, Francisco Correa, y del empresario José Luis Ulibarri, acusen al juez de prevaricación por ordenar la intervención de las comunicciones en prisión entre los imputados y sus abogados.
Ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del magistrado, que cree que el PP está detrás de una "cruel campaña" de acoso contra él desde que acordó encarcelar a los principales implicados en el "caso Gürtel", que ha salpicado a numerosos cargos del partido.