Conviene hablar de justicia estos días aciagos para la Justicia, en la que jueces persiguen a jueces y en el Tribunal Constitucional se demuestra que hay jueces que no se ganan el sueldo.
La memoria histórica de la guerra civil y del franquismo se está relegando a asociaciones, familiares, simpatizantes e historiadores como si el Estado, que incluye el poder judicial como uno de sus pilares, no tuvieran nada que hacer ante ese episodio tan largo y doloroso. Ya es hora de que la memoria histórica se instaure en la memoria pública y también de que la Justicia haga la transición.
E l juez Garzón realizo la investigación de los GAL.
Fueron años de grandes elogios para Garzón en la derecha de Aznar y algunos medios de comunicación que ahora tratan de lidiarlo compartiendo muleta y estoque con enemigos adquiridos en años de actuación profesional incansable. Cualquier día atentarán contra Garzón -”Dios no lo quiera-” y no sabremos si han sido etarras, narcotraficantes, banqueros dolidos o imputados por casos de corrupción. Que el Tribunal Supremo autorice al capo de la Gürtel, Francisco Correa, a falange, (aunque ahora sea excluida quizás por la presión ciudadana) a personarse en el juicio contra Garzón es una de las páginas más penosas para la imagen de la Justicia española, por más que trate de justificarlo Carlos Dívar. Tiene razón Marcelino Iglesias en su brillante declaración «En la Transición, con rumores de golpe, nos sabíamos los nombres de los capitanes generales y no conocerlos ahora es síntoma de normalidad democrática. Que ahora conozcamos tanto a los jueces y sus tendencias políticas, quiere decir que algo no marcha bien en ese campo».
Si se condena a Garzon, se habran cerrado muchas esperanzas puestas por las victimas de muchas dictaduras en la justicia.
Sera el fin de esa esperanza.
Esperemos que el tribunal internacional juzgue al juez Varela por prevaricación en su actuación contra el juez Garzón. Es necesario recordar que España firmo el derecho internacional en perseguir y juzgar los delitos contra la humanidad cometidos en todo el mundo.
Y que la ley de amnistía dictada por los gobiernos no sería válida.
Intentar juzgar a un juez que investiga estos crímenes es un claro delito de prevaricación, cometido por el juez Varela, y el alto tribunal internacional deberá intervenir, con ello España, como país democrático, quedara profundamente tocado en su credibilidad
La memoria histórica de la guerra civil y del franquismo se está relegando a asociaciones, familiares, simpatizantes e historiadores como si el Estado, que incluye el poder judicial como uno de sus pilares, no tuvieran nada que hacer ante ese episodio tan largo y doloroso. Ya es hora de que la memoria histórica se instaure en la memoria pública y también de que la Justicia haga la transición.
E l juez Garzón realizo la investigación de los GAL.
Fueron años de grandes elogios para Garzón en la derecha de Aznar y algunos medios de comunicación que ahora tratan de lidiarlo compartiendo muleta y estoque con enemigos adquiridos en años de actuación profesional incansable. Cualquier día atentarán contra Garzón -”Dios no lo quiera-” y no sabremos si han sido etarras, narcotraficantes, banqueros dolidos o imputados por casos de corrupción. Que el Tribunal Supremo autorice al capo de la Gürtel, Francisco Correa, a falange, (aunque ahora sea excluida quizás por la presión ciudadana) a personarse en el juicio contra Garzón es una de las páginas más penosas para la imagen de la Justicia española, por más que trate de justificarlo Carlos Dívar. Tiene razón Marcelino Iglesias en su brillante declaración «En la Transición, con rumores de golpe, nos sabíamos los nombres de los capitanes generales y no conocerlos ahora es síntoma de normalidad democrática. Que ahora conozcamos tanto a los jueces y sus tendencias políticas, quiere decir que algo no marcha bien en ese campo».
Si se condena a Garzon, se habran cerrado muchas esperanzas puestas por las victimas de muchas dictaduras en la justicia.
Sera el fin de esa esperanza.
Esperemos que el tribunal internacional juzgue al juez Varela por prevaricación en su actuación contra el juez Garzón. Es necesario recordar que España firmo el derecho internacional en perseguir y juzgar los delitos contra la humanidad cometidos en todo el mundo.
Y que la ley de amnistía dictada por los gobiernos no sería válida.
Intentar juzgar a un juez que investiga estos crímenes es un claro delito de prevaricación, cometido por el juez Varela, y el alto tribunal internacional deberá intervenir, con ello España, como país democrático, quedara profundamente tocado en su credibilidad