Mirad este diosecillos avinagrados, es de hace unos días:
¡Se disuelvan, coño!
O hecho mano del vergajo
os agarro por los moños
y os vais todos al carajo.
¡Eh! Vosotros, sí, vosotros
los de la timba financiera,
partida de salteadores,
dinamiteros financieros,
¡fuera!
¡Quieeetas esas manos!,
que nadie toque la mesa
o palo pego pego palo.
Este quiosco se cierra,
así que ¡disuelvánse!
Y no se junten otra vez
en la cueva de Alí Babá
o le digo al Cherife
que venga hasta acá
y el paso os ponga a marcar.
¡Eh! Vosotros, los políticos,
¿sólo sabéis ensañaros
con los sospechosos habituales?
Pues ahorrénse el circo
cuando lleguen elecciones.
Estamos hartos de ricino
y cagados en los pantalones.
No se rebajen el sueldo.
No se bajen hasta el metro.
No se acerquen a los mercados
donde venden coliflores
y sigan ustedes soñando
en su peceras de colores.
Sigan sus señorías diciendo
que el mal funcionamiento
de las llamadas instituciones
es culpa de los funcionarios
y de bomberos y guindillas
o de enfermeras o maestrillas
además otros currantes,
y que se aprieten el cinturón
si quieren tirar pa lante.
Pero no os bajéis el sueldo
ni renunciéis al restaurante
y a los ricos bogavantes.
¡A ver! Esos que van
tan bien vestidos,
que no se me escapen.
¡Apiolálos pa ca Pérez!
Que se van a enterar lo que vale
la Guardia Municipal.
¡Se disuelvan, coño!
O hecho mano del vergajo
os agarro por los moños
y os vais todos al carajo.
¡Eh! Vosotros, sí, vosotros
los de la timba financiera,
partida de salteadores,
dinamiteros financieros,
¡fuera!
¡Quieeetas esas manos!,
que nadie toque la mesa
o palo pego pego palo.
Este quiosco se cierra,
así que ¡disuelvánse!
Y no se junten otra vez
en la cueva de Alí Babá
o le digo al Cherife
que venga hasta acá
y el paso os ponga a marcar.
¡Eh! Vosotros, los políticos,
¿sólo sabéis ensañaros
con los sospechosos habituales?
Pues ahorrénse el circo
cuando lleguen elecciones.
Estamos hartos de ricino
y cagados en los pantalones.
No se rebajen el sueldo.
No se bajen hasta el metro.
No se acerquen a los mercados
donde venden coliflores
y sigan ustedes soñando
en su peceras de colores.
Sigan sus señorías diciendo
que el mal funcionamiento
de las llamadas instituciones
es culpa de los funcionarios
y de bomberos y guindillas
o de enfermeras o maestrillas
además otros currantes,
y que se aprieten el cinturón
si quieren tirar pa lante.
Pero no os bajéis el sueldo
ni renunciéis al restaurante
y a los ricos bogavantes.
¡A ver! Esos que van
tan bien vestidos,
que no se me escapen.
¡Apiolálos pa ca Pérez!
Que se van a enterar lo que vale
la Guardia Municipal.