El pueblo llano, al que pertenezco, y que en sus juicios de calle siempre expone sus criterios, nos dice en su refranero popular, “ La envidia y la corrupción condenaron al juez Garzón”. Que nos dejen de monsergas los jurista de internet, no les podemos entender, no tuvimos la suerte de estudiar esa carrera de derecho.