Nunca tuvo más razón el que más grita, que el que por educación se calla, La justicia de nuestra querida España, a veces funciona como funciona, Cuando nos beneficia, son extraordinarios, cuando sacan los trapos sucios de los mafiosos, tramposos, corruptos, chupones y otras malas hierbas, son muy malos, menos mal que la conciencia publica nos dice en su refranero, “La envidia y la corrupción condenaron al juez Garzón”. Lo demás son calentones de forofos, que tratan de desviar la verdadera razón.