Un grupo de intelectuales, entre los que se encuentran escritores como Juan Goytisolo y José Manuel Caballero Bonald, entre otros, han suscrito un manifiesto de apoyo al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en el que muestran su "preocupación" por los pasos dados por el Tribunal Supremo, que tramita una querella contra el magistrado a raíz de su investigación de los crímenes del franquismo.
El manifiesto, para el que se solicitan admisiones en la dirección de correo electrónico hemosconocidolanoticia@gmail. com, lo firman también la política y abogada Cristina Almeida, el cantautor Paco Ibáñez, los escritores Fanny Rubio y Manuel Rivas y catedráticos como el arabista Pedro Martínez Montávez o el filólogo Joan Oleza. También suscriben el escrito el actor Jordi Dauder, el sociólogo José Vidal Beneyto, el hispanista Iam Gibson, el coordinador del grupo para la recuperación de la memoria histórica Matías Alonso Blanco, la abogada Gloria Wilhelmi, el penalista Miguel Ángel Rodríguez Arias y Carmen Negrín, nieta del último presidente del Gobierno de la II República.
Todos ellos muestran su "inquietud "por el hecho de que a los familiares "de las oficialmente 130.000 víctimas del franquismo se les sustraiga en nuestro país el mandato de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas de reconocimiento, de reparación y de justicia". Añaden que los desaparecidos de las dictaduras "constituyen una realidad dramática en países hoy democráticos, y, en algunos lugares, han perdido el derecho de defensa, en tanto que sus verdugos han quedado impunes para siempre". Así lo reconoce la sentencia del Tribunal europeo de Derechos Humanos de 16 de julio de 2009, según recuerdan, "para el cual la ausencia de búsqueda oficial de desaparecidos supone un trato cruel e inhumano considerando a éstos víctimas de tortura".
Insisten en que la Convención de Ginebra, la Declaración Universal de Derechos Humanos y otras organizaciones advierten a la comunidad internacional que han de perseguir los crímenes contra la humanidad en sus distintos territorios. "Por ello nos ha llenado de orgullo que la justicia española haya abierto una gran brecha en la persecución de crímenes en otros países (Chile, Argentina, El Salvador, etcétera) cercanos. Sin embargo, ha callado de forma vergonzante acerca de la realidad de los crímenes en su propio país", reza el manifiesto.
"No podemos recibir parabienes en el extranjero por nuestro sentido de la justicia en la tutela de esos hechos cometidos en el pasado, y asistir a la vez al vergonzante y penoso espectáculo de sentar en el banquillo a uno de los jueces más respetados en todo el mundo en esta tarea de dar voz a las víctimas del franquismo, acusado de prevaricación por un "pseudo sindicato" llamado Manos Limpias que ensucia nuestras esperanzas de una justicia democrática", dicen los firmantes del manifiesto.
"El peor golpe desde el 23F"
Añaden, en referencia al sindicato que se ha querellado contra Garzón ante el Tribunal Supremo, que "quienes se pretenden llamar Manos Limpias, amparados en esta ocasión, ellos sí, efectivamente, por altos tribunales, lejos de exigir sus responsabilidades, prefieren sentar en el banquillo a un hombre decente, capaz de poner el ejercicio de su profesión a la altura, teóricamente hablando, de nuestra democracia".
"Por eso, nosotros también nos consideramos sentados en el mismo banquillo que el juez Garzón y estamos tristemente convencidos de que si la oblicua maquinaria puesta en marcha contra este magistrado avanza en el sentido que intuimos, asistiremos, en palabras de Manuel Rivas, 'al kafkiano proceso de un tribunal que encausa, en carne, a la Justicia, sufriendo con ello nuestra Democracia el peor golpe desde el 23F'", añade el manifiesto.
"Es increíble que veamos en estos últimos tiempos actuaciones de jueces que han merecido la repulsa del conjunto de la sociedad, sin que por los tribunales y órganos disciplinarios de la judicatura éstos hayan merecido un solo reproche corporativo cuando se han lesionado derechos fundamentales de la persona", continúa el escrito, que finaliza con una cita de Ernesto Sábato: "Su presencia será donde se halle un perenne alegato de libertad y democracia frente a quienes se consideran impunes".
El manifiesto, para el que se solicitan admisiones en la dirección de correo electrónico hemosconocidolanoticia@gmail. com, lo firman también la política y abogada Cristina Almeida, el cantautor Paco Ibáñez, los escritores Fanny Rubio y Manuel Rivas y catedráticos como el arabista Pedro Martínez Montávez o el filólogo Joan Oleza. También suscriben el escrito el actor Jordi Dauder, el sociólogo José Vidal Beneyto, el hispanista Iam Gibson, el coordinador del grupo para la recuperación de la memoria histórica Matías Alonso Blanco, la abogada Gloria Wilhelmi, el penalista Miguel Ángel Rodríguez Arias y Carmen Negrín, nieta del último presidente del Gobierno de la II República.
Todos ellos muestran su "inquietud "por el hecho de que a los familiares "de las oficialmente 130.000 víctimas del franquismo se les sustraiga en nuestro país el mandato de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas de reconocimiento, de reparación y de justicia". Añaden que los desaparecidos de las dictaduras "constituyen una realidad dramática en países hoy democráticos, y, en algunos lugares, han perdido el derecho de defensa, en tanto que sus verdugos han quedado impunes para siempre". Así lo reconoce la sentencia del Tribunal europeo de Derechos Humanos de 16 de julio de 2009, según recuerdan, "para el cual la ausencia de búsqueda oficial de desaparecidos supone un trato cruel e inhumano considerando a éstos víctimas de tortura".
Insisten en que la Convención de Ginebra, la Declaración Universal de Derechos Humanos y otras organizaciones advierten a la comunidad internacional que han de perseguir los crímenes contra la humanidad en sus distintos territorios. "Por ello nos ha llenado de orgullo que la justicia española haya abierto una gran brecha en la persecución de crímenes en otros países (Chile, Argentina, El Salvador, etcétera) cercanos. Sin embargo, ha callado de forma vergonzante acerca de la realidad de los crímenes en su propio país", reza el manifiesto.
"No podemos recibir parabienes en el extranjero por nuestro sentido de la justicia en la tutela de esos hechos cometidos en el pasado, y asistir a la vez al vergonzante y penoso espectáculo de sentar en el banquillo a uno de los jueces más respetados en todo el mundo en esta tarea de dar voz a las víctimas del franquismo, acusado de prevaricación por un "pseudo sindicato" llamado Manos Limpias que ensucia nuestras esperanzas de una justicia democrática", dicen los firmantes del manifiesto.
"El peor golpe desde el 23F"
Añaden, en referencia al sindicato que se ha querellado contra Garzón ante el Tribunal Supremo, que "quienes se pretenden llamar Manos Limpias, amparados en esta ocasión, ellos sí, efectivamente, por altos tribunales, lejos de exigir sus responsabilidades, prefieren sentar en el banquillo a un hombre decente, capaz de poner el ejercicio de su profesión a la altura, teóricamente hablando, de nuestra democracia".
"Por eso, nosotros también nos consideramos sentados en el mismo banquillo que el juez Garzón y estamos tristemente convencidos de que si la oblicua maquinaria puesta en marcha contra este magistrado avanza en el sentido que intuimos, asistiremos, en palabras de Manuel Rivas, 'al kafkiano proceso de un tribunal que encausa, en carne, a la Justicia, sufriendo con ello nuestra Democracia el peor golpe desde el 23F'", añade el manifiesto.
"Es increíble que veamos en estos últimos tiempos actuaciones de jueces que han merecido la repulsa del conjunto de la sociedad, sin que por los tribunales y órganos disciplinarios de la judicatura éstos hayan merecido un solo reproche corporativo cuando se han lesionado derechos fundamentales de la persona", continúa el escrito, que finaliza con una cita de Ernesto Sábato: "Su presencia será donde se halle un perenne alegato de libertad y democracia frente a quienes se consideran impunes".