Y ami, amigo; y quisiera dese hace ya mucho tiempo de que esa palabra, lo fuera para todos. Ya digo en otro espacio, que por alguna exigencia, aquí me llamo 246.
Perdona la pregunta: ¿tienes algo que ver con Extremadura? Yo no acierto a saber quien eres.
Saludos.
Perdona la pregunta: ¿tienes algo que ver con Extremadura? Yo no acierto a saber quien eres.
Saludos.
Me respondo a mi mismo, y a aquellos que pretender hacer creer que la historia, fue otra. Sobre todo a aquellos que dicen de la historia que se olvide:! que disparate! Yo la recuerdo desde un impulso a veces furioso. Tengo mis motivos. Me he sentido lúcido, que no brillante en mis relatos: Ya he dicho otras veces porque: Forma parte, de la historia, y de mi historia. Quien haya leído "Maestros de la Republica, puede hacerse una idea, de como estos fueron perseguidos, y las hogeras que se hicieron con algunos libros. carecí de estos.
Y no he precisado candil para buscar los culpables. he llorado las desgracias de otro y las mías propias. Y pese a las bofetadas recibidas, lo que mis oidos han escuchado, y visto mis ojos, no he podido que quedara bajo de la lengua.
La historia que sigue (real como la vida misma) es solo un episodio mas, de los que no se permitió hablar, y aún hoy se quiere presentar descafeinado. La historia no se la debe adulterar. No queda guapa.
FUE ALLÍ EN LA TIERRA MÍA
<<<! Si, fue alli, en medio de mi camino recién estrenado, cuando ladraron furiosos los peros de la guerra! ladridos e imágenes, pasaban a mi lado, en mis juegos diferentes: los niños juegan a lo que ven. Lo que no sabían (todavía)
el significado de las ruidosas máquinas que rugían, muy cerca de Brihuega. Los niños, son todo inocencia y hasta les divertía su lento caminar sobre los campos. Creo gemían los barbechos: tanto to alcanza mi memoria. Si que la reja, permaneció mucho tiempo, inerte, clavada en la tierra; cuando no la ponían en movimiento viejos o adolescentes. También recuerdo, a aquellos hombres sucios y algunos barbudos, vestidos de la misma manera, y, que, a veces me cogían de la mano y me subían con ellos a los camiones, que llegaban y llegaban curvas arriba. hasta jugaba con aquellos hombres, de los que muchas veces he oído decir q que eran malos,! Pues no señor, no lo eran pues a mi me daban una naranja o una onza de chocolate, y me pasaban si mano, por mi pelo alborotado en un gesto cariñoso que me recordaba a mi padre...
Y pasaron los años. Y tras un lago y pesado silencio, crecían las preguntas, que de los mayores casi nunca tenían respuesta. Los niños, creo fuera un par de años daspués, o tal vez menos, comenzarían a aprender juegos diferentes. y ya se detenía en ver crecer las amapolas y los trigos... los libros aún ausentes.
Canciones:! Canciones de la tierra mía! Y rezaban las gentes. Y rezaba el arado, y la hoz en la mies: Mies escasa, regada con sudor y lágrimas de tristeza. Y brillaban los campos de rocío en la mañana, tras de las noches estrelladas. Y aquel niño desde lo aprendido... aprendía
¿Siete años? Si siete, tal vez un poco mas. Y la noche oscura. Y la artesa clamado a gritos, clamar el llanto d otros niños que tenían hambre. Y el hornero, en medio de la noche gritar:! Mujer, a amasar! Era una voz poderosa en la noche. Y la madre vertiendo la harina en la artesa. Y la lágrima. Y el sudor, que caía en la harina. Y el niño asomado a la ventana pequeña. Y ya o había cielos abrasados i ruidos en la noche, pero el niño se preguntaba, aún.
Sola grama, la mies apenas "graná". La tierra está "apelmazá" y por eso no se desarrolla la semilla. Y "to" porque algunos cacique nos sacaron de la tierra.! vaya usted a saber cuantos años de labor necesita a hora, "pa" acabar con la grama y las otras malas hierbas. Eso hemos "ganao, a los que nos han llevado, al fío y las calamidades de las trincheras Aquí... aquí quisiera verles ahora, en la besana doblando la espalda- decía el hombre, y el niños escuchaba, ya emuñando la hoz de sus manos pequeñas. "pa ellos, pa ellos" quisiera yo esto. Mucha pamplina ahora con canciones, banderas, estandartes. mucho paseo baj palio... y luego... quellos que no volvieron nunca.! malditas guerras!
La noche estrellada. Y durmiendo bajo las estrellas, con la fresca no se desgana la mies. Y una hogaza de pan y muchas tristezas.
! Pobres rosas de la tierra mía! >>>
Y no he precisado candil para buscar los culpables. he llorado las desgracias de otro y las mías propias. Y pese a las bofetadas recibidas, lo que mis oidos han escuchado, y visto mis ojos, no he podido que quedara bajo de la lengua.
La historia que sigue (real como la vida misma) es solo un episodio mas, de los que no se permitió hablar, y aún hoy se quiere presentar descafeinado. La historia no se la debe adulterar. No queda guapa.
FUE ALLÍ EN LA TIERRA MÍA
<<<! Si, fue alli, en medio de mi camino recién estrenado, cuando ladraron furiosos los peros de la guerra! ladridos e imágenes, pasaban a mi lado, en mis juegos diferentes: los niños juegan a lo que ven. Lo que no sabían (todavía)
el significado de las ruidosas máquinas que rugían, muy cerca de Brihuega. Los niños, son todo inocencia y hasta les divertía su lento caminar sobre los campos. Creo gemían los barbechos: tanto to alcanza mi memoria. Si que la reja, permaneció mucho tiempo, inerte, clavada en la tierra; cuando no la ponían en movimiento viejos o adolescentes. También recuerdo, a aquellos hombres sucios y algunos barbudos, vestidos de la misma manera, y, que, a veces me cogían de la mano y me subían con ellos a los camiones, que llegaban y llegaban curvas arriba. hasta jugaba con aquellos hombres, de los que muchas veces he oído decir q que eran malos,! Pues no señor, no lo eran pues a mi me daban una naranja o una onza de chocolate, y me pasaban si mano, por mi pelo alborotado en un gesto cariñoso que me recordaba a mi padre...
Y pasaron los años. Y tras un lago y pesado silencio, crecían las preguntas, que de los mayores casi nunca tenían respuesta. Los niños, creo fuera un par de años daspués, o tal vez menos, comenzarían a aprender juegos diferentes. y ya se detenía en ver crecer las amapolas y los trigos... los libros aún ausentes.
Canciones:! Canciones de la tierra mía! Y rezaban las gentes. Y rezaba el arado, y la hoz en la mies: Mies escasa, regada con sudor y lágrimas de tristeza. Y brillaban los campos de rocío en la mañana, tras de las noches estrelladas. Y aquel niño desde lo aprendido... aprendía
¿Siete años? Si siete, tal vez un poco mas. Y la noche oscura. Y la artesa clamado a gritos, clamar el llanto d otros niños que tenían hambre. Y el hornero, en medio de la noche gritar:! Mujer, a amasar! Era una voz poderosa en la noche. Y la madre vertiendo la harina en la artesa. Y la lágrima. Y el sudor, que caía en la harina. Y el niño asomado a la ventana pequeña. Y ya o había cielos abrasados i ruidos en la noche, pero el niño se preguntaba, aún.
Sola grama, la mies apenas "graná". La tierra está "apelmazá" y por eso no se desarrolla la semilla. Y "to" porque algunos cacique nos sacaron de la tierra.! vaya usted a saber cuantos años de labor necesita a hora, "pa" acabar con la grama y las otras malas hierbas. Eso hemos "ganao, a los que nos han llevado, al fío y las calamidades de las trincheras Aquí... aquí quisiera verles ahora, en la besana doblando la espalda- decía el hombre, y el niños escuchaba, ya emuñando la hoz de sus manos pequeñas. "pa ellos, pa ellos" quisiera yo esto. Mucha pamplina ahora con canciones, banderas, estandartes. mucho paseo baj palio... y luego... quellos que no volvieron nunca.! malditas guerras!
La noche estrellada. Y durmiendo bajo las estrellas, con la fresca no se desgana la mies. Y una hogaza de pan y muchas tristezas.
! Pobres rosas de la tierra mía! >>>