La masacre de Wounded Knee
Wounded Knee se llamaba la comunidad de Dakota del Sur perteneciente a la reserva india de Pine Ridge. Wounded Knee fue el lugar donde se produjeron dos conflictos entre los indios norteamericanos y el gobierno de Estados Unidos.
A finales de la década de 1880, los sioux comenzaron a practicar una religión basada en las enseñanzas de Wovoka, un profeta paiute que prometía que con la "danza de los espíritus" los indios recuperarían sus tierras, los antepasados regresarían, desaparecerían los blancos y disfrutarían de un futuro de eterna paz y prosperidad.
Los colonos blancos, por su parte, atemorizados por los rituales, solicitaron la intervención federal. La policía de la reserva creía que el jefe Toro Sentado (Sitting Bull) era el instigador de una inminente rebelión, y le mató cuando se resistió a ser detenido. Sus seguidores huyeron al campamento del jefe Big Foot. El VII de Caballería persiguió a los sioux y les llevó a un campamento situado cerca de Wounded Knee.
El 29 de diciembre de 1890, sonó un tiro dentro del campamento y el Ejército comenzó a disparar. Los soldados mataron a unos 300 sioux, entre mujeres, niños y hombres desarmados. Aquellos que trataron de escapar a la matanza fueron perseguidos y asesinados.
En diciembre de 1890 las tropas del General Nelson A. Miles, al intentar desarmar a los indios del campamento,
produjeron la muerte de 300 sioux. UPI/THE BETTMANN ARCHIVE
El siguiente es el relato de un sobreviviente de la masacre
"Los soldados comenzaron a desarmar por la mañana a los de Pie Grande, los cuales acampaban en el llano contiguo al otero en que ahora están el monumento y el cementerio. La gente amontonó casi todas las armas de fuego, e incluso los cuchillos, junto al tipi de su jefe enfermo.
Había blancos en el cerro y sus alrededores, y también en el sur, al otro lado de la cañada, y el este, a lo largo de Wounded Knee Creek. La partida estaba casi rodeada y los fusiles de carro la apuntaban.
Como algunos no habían entregado sus armas, los soldados registraron los tipís, tirando objetos y tocando todo. Un hombre llamado Pájaro Amarillo estaba con otro delante del tipi donde Pie Grande se hallaba enfermo. Telas blancas los cubrían por completo, con agujeros para mirar, y escondían los fusiles debajo de ellas. Un oficial los vió.
Desarmó al otro hombre y pretendió hacer lo mismo con Pájaro Amar ¡llo, el cual se resistió. Luchó con el oficial y, durante la pugna, el arma se disparó y mató al wasichu. Los soldados y algunas personas aseveran que lo hizo voluntariamente; sin embargo, Perro jefe, que asistió al lance, asegura lo contrario. En cuanto sonó el disparo, según Perro jefe, un oficial mató a Pie Grande de un tiro, a pesar de que estaba enfermo en el interior del típi.
De pronto nadie supo lo que ocurría, salvo que los soldados hacían fuego y los fusiles de carro diezmaban al pueblo. Muchos perecieron en el mismo sitio en que se encontraban. Las mujeres y los niños corrieron hacia la cañada, ascendiendo en dirección al oeste. Los soldados los cazaban durante la huida. Había únicamente un centenar de guerreros y casi quinientos wasichus. Los bravos se precipitaron al montón de fusiles y cuchillos. Hasta que consiguieron recobrarlos, combatieron al enemigo con las manos desnudas.
Perro jefe vio que Pájaro Amarillo se metía en un tipi con su rifle. Desde él eliminó soldados hasta que su refugio se incendió. Entonces pereció lleno de balas.
Entretanto, muchos lakotas, que habían percibido las descargas, llegaban de Pine Ridge. Mujeres, muchachos y niñitos, muertos y heridos, sembraban los lugares por donde habían querido escapar. Los wasichus los habían acosado a lo largo de la cañada y los habían asesinado. A veces estaban amontonados, porque habían intentado acurrucarse en grupo, y algunos estaban aislados; otras veces, pilas de ellos habían sido destrozadas por el impacto de los fusiles de carro. Hallé a un pequeñín que intentaba mamar, pero su madre, cubierta de sangre, había muerto.
Dos niños, en la cañada, se habían defendido y habían matado soldados, cuyos cadáveres vimos. Los niños estaban solos e ilesos. Eran muy intrépidos. Hombres, mujeres y niños, apilados o separados, cubrían el llano que había en la base del otero en que los wasichus dispusieron sus fusiles de carro, y hacia el oeste, subiendo por la cañada hasta la cumbre, se encontraban cadáveres aislados de mujeres, muchachitos y niños.
Al ver aquello deseé haber muerto también, aunque no me apené por las mujeres y los pequeños. Era preferible que gozasen de la felicidad del otro mundo. Anhelé estar con ellos. Pero ansiaba desquitarme antes de morir. Pensé que llegaría el día en que podríamos vengarnos".
Era un agradable día invernal cuando la desgracia sucedió. El sol lucía. Pero cuando los soldados, cumplido su sucio cometido, se retiraron, principió a caer espesa nieve. El viento se suscitó con la noche. Hubo una tremenda ventisca e hizo mucho frío. La nieve se acumuló en la retorcida cañada y la transformó en un largo sepulcro de mujeres, muchachos y niños destrozados, que jamás hicieron daño alguno y que sólo intentaron huir. (Alce Negro)
El jefe Big Foot, asesinado en Wounded Knee. Clarence Grant Morledge.
Denver Public Library
LA diferencia hoy sigue siendo que esa masacre es reconocida, los muertos estan en el cementerio y existe un monumento en su memoria.
Aquí, ni cemeterio ni nada, una cuneta, y de monumentos para que hablar.
copiado y pegado
Wounded Knee se llamaba la comunidad de Dakota del Sur perteneciente a la reserva india de Pine Ridge. Wounded Knee fue el lugar donde se produjeron dos conflictos entre los indios norteamericanos y el gobierno de Estados Unidos.
A finales de la década de 1880, los sioux comenzaron a practicar una religión basada en las enseñanzas de Wovoka, un profeta paiute que prometía que con la "danza de los espíritus" los indios recuperarían sus tierras, los antepasados regresarían, desaparecerían los blancos y disfrutarían de un futuro de eterna paz y prosperidad.
Los colonos blancos, por su parte, atemorizados por los rituales, solicitaron la intervención federal. La policía de la reserva creía que el jefe Toro Sentado (Sitting Bull) era el instigador de una inminente rebelión, y le mató cuando se resistió a ser detenido. Sus seguidores huyeron al campamento del jefe Big Foot. El VII de Caballería persiguió a los sioux y les llevó a un campamento situado cerca de Wounded Knee.
El 29 de diciembre de 1890, sonó un tiro dentro del campamento y el Ejército comenzó a disparar. Los soldados mataron a unos 300 sioux, entre mujeres, niños y hombres desarmados. Aquellos que trataron de escapar a la matanza fueron perseguidos y asesinados.
En diciembre de 1890 las tropas del General Nelson A. Miles, al intentar desarmar a los indios del campamento,
produjeron la muerte de 300 sioux. UPI/THE BETTMANN ARCHIVE
El siguiente es el relato de un sobreviviente de la masacre
"Los soldados comenzaron a desarmar por la mañana a los de Pie Grande, los cuales acampaban en el llano contiguo al otero en que ahora están el monumento y el cementerio. La gente amontonó casi todas las armas de fuego, e incluso los cuchillos, junto al tipi de su jefe enfermo.
Había blancos en el cerro y sus alrededores, y también en el sur, al otro lado de la cañada, y el este, a lo largo de Wounded Knee Creek. La partida estaba casi rodeada y los fusiles de carro la apuntaban.
Como algunos no habían entregado sus armas, los soldados registraron los tipís, tirando objetos y tocando todo. Un hombre llamado Pájaro Amarillo estaba con otro delante del tipi donde Pie Grande se hallaba enfermo. Telas blancas los cubrían por completo, con agujeros para mirar, y escondían los fusiles debajo de ellas. Un oficial los vió.
Desarmó al otro hombre y pretendió hacer lo mismo con Pájaro Amar ¡llo, el cual se resistió. Luchó con el oficial y, durante la pugna, el arma se disparó y mató al wasichu. Los soldados y algunas personas aseveran que lo hizo voluntariamente; sin embargo, Perro jefe, que asistió al lance, asegura lo contrario. En cuanto sonó el disparo, según Perro jefe, un oficial mató a Pie Grande de un tiro, a pesar de que estaba enfermo en el interior del típi.
De pronto nadie supo lo que ocurría, salvo que los soldados hacían fuego y los fusiles de carro diezmaban al pueblo. Muchos perecieron en el mismo sitio en que se encontraban. Las mujeres y los niños corrieron hacia la cañada, ascendiendo en dirección al oeste. Los soldados los cazaban durante la huida. Había únicamente un centenar de guerreros y casi quinientos wasichus. Los bravos se precipitaron al montón de fusiles y cuchillos. Hasta que consiguieron recobrarlos, combatieron al enemigo con las manos desnudas.
Perro jefe vio que Pájaro Amarillo se metía en un tipi con su rifle. Desde él eliminó soldados hasta que su refugio se incendió. Entonces pereció lleno de balas.
Entretanto, muchos lakotas, que habían percibido las descargas, llegaban de Pine Ridge. Mujeres, muchachos y niñitos, muertos y heridos, sembraban los lugares por donde habían querido escapar. Los wasichus los habían acosado a lo largo de la cañada y los habían asesinado. A veces estaban amontonados, porque habían intentado acurrucarse en grupo, y algunos estaban aislados; otras veces, pilas de ellos habían sido destrozadas por el impacto de los fusiles de carro. Hallé a un pequeñín que intentaba mamar, pero su madre, cubierta de sangre, había muerto.
Dos niños, en la cañada, se habían defendido y habían matado soldados, cuyos cadáveres vimos. Los niños estaban solos e ilesos. Eran muy intrépidos. Hombres, mujeres y niños, apilados o separados, cubrían el llano que había en la base del otero en que los wasichus dispusieron sus fusiles de carro, y hacia el oeste, subiendo por la cañada hasta la cumbre, se encontraban cadáveres aislados de mujeres, muchachitos y niños.
Al ver aquello deseé haber muerto también, aunque no me apené por las mujeres y los pequeños. Era preferible que gozasen de la felicidad del otro mundo. Anhelé estar con ellos. Pero ansiaba desquitarme antes de morir. Pensé que llegaría el día en que podríamos vengarnos".
Era un agradable día invernal cuando la desgracia sucedió. El sol lucía. Pero cuando los soldados, cumplido su sucio cometido, se retiraron, principió a caer espesa nieve. El viento se suscitó con la noche. Hubo una tremenda ventisca e hizo mucho frío. La nieve se acumuló en la retorcida cañada y la transformó en un largo sepulcro de mujeres, muchachos y niños destrozados, que jamás hicieron daño alguno y que sólo intentaron huir. (Alce Negro)
El jefe Big Foot, asesinado en Wounded Knee. Clarence Grant Morledge.
Denver Public Library
LA diferencia hoy sigue siendo que esa masacre es reconocida, los muertos estan en el cementerio y existe un monumento en su memoria.
Aquí, ni cemeterio ni nada, una cuneta, y de monumentos para que hablar.
copiado y pegado