Poca solidaridad tuvo Garzón con su compañero Gómez de Liaño que hizo una instrucción que no había por donde cogerla y además había enemistad entre los dos pero no se inhibió y ahora él recusa a todo bicho viviente para ganar tiempo y el gobierno echa a la fiscalía contra el poder judicial para que deje en paz a su amigo como suelen decir muchos socialistas que tenemos a un amigo en la Audiencia Nacional. Qué mal huele eso. Pues bien el tribunal de Estrasburgo tiró abajo todo el proceso contra Gomez de Liaño y le enmendó la plana a Garzón por lo mal que lo había hecho y a Bacigalupo que presidió el juicio. Liaño fue absuelto con todos los pronunciamientos faborables por el citado tribunal internacional en Febrero del 2.008. No volvió a la audiencia de la que era titular y hoy trabaja en un importante despacho de abogados. Garzón como perseguidor de terroristas es bueno pero en otras cosas deja mucho que desear. Quién siembra vientos, recoge tempestades. De esos polvos vienen estos lodos. Solidaridad sí pero si alguien la hace que la pague.