!"El turismo masivo amenaza la calidad de vida de las ciudades medianas: “Ahora la saturación se alarga muchos meses”
La apuesta de ayuntamientos y autonomías por la turistificación dispara la vivienda y también los alquileres comerciales, expulsando a vecinos y negocios tradicionales. La demanda de agua y otras molestias se multiplican. Analizamos la situación en Santiago de Compostela, Córdoba, Toledo, Donosti y Logroño
— Los pisos turísticos presionan los precios del alquiler con localidades donde son el 20% de las viviendas
El turismo masivo 'low cost' irrumpe también en los destinos de interior: ""
G. Cortizo / J. Velasco / F. Manjavacas / B. Ferreras / E. Fernández
2 de mayo de 2024 21:46h Actualizado el 03/05/2024 10:19h 37
Calles empedradas, monumentos, palacios, exposiciones, tabernas en las que compartir un vino con los lugareños... Las ciudades de tamaño medio en España eran destinos tranquilos, donde el visitante buscaba experiencias únicas, llenas de cultura, gastronomía y autenticidad. Incluso lugares como Toledo, Santiago de Compostela o Córdoba, acostumbrados al turismo multitudinario, están en pleno debate por el cariz que está adquiriendo el fenómeno en los últimos años. El modelo de fiesta, alcohol y grandes franquicias de ropa y restauración se extiende también a ciudades que habían conseguido labrarse un perfil turístico de cercanía y calidad, como Donostia y Logroño.
'Urbanalización' o por qué todos los centros de ciudad parecen el mismo sitio
'Urbanalización' o por qué todos los centros de ciudad parecen el mismo sitio
El turismo masivo y de bajo precio –y no tan bajo– supone una ofensiva por varios frentes: dispara los precios de la vivienda, expulsando a los vecinos; también los alquileres comerciales se hacen insostenibles para los negocios tradicionales. Además, la demanda de agua se multiplica y las molestias de todo tipo invaden el casco antiguo: ruidos, orines, vandalismo... Mientras tanto, la apuesta por el turismo, a toda costa y sea del tipo que sea, parece una constante de los representantes políticos.
El penúltimo signo de alarma llegó con la sequía salvaje que viven algunas zonas del país: en el momento en que algunos responsables políticos llegaron a plantear que los hoteles y los negocios privados sí pudieran llenar las piscinas, y que no pudiera hacerlo la población local. Es decir: dar prioridad al bienestar de los turistas por encima del de los ciudadanos. No es el único caso: hacer la vista gorda con la ordenanza sobre ruidos en determinadas zonas de la ciudad, o negarse a declarar zonas tensionadas para limitar el precio del alquiler son otras actitudes políticas que buscan favorecer al turista por encima de los vecinos. Es la paradoja del responsable político que gobierna para los visitantes y no para quienes le votan.
elDiario. es ha recorrido varias ciudades que empiezan a sufrir ese nuevo modelo turístico que todavía demasiados políticos consideran deseable. Este reportaje se ha elaborado con información de Gonzalo Cortizo, Juan Velasco, Fidel Manjavacas, Belén Ferreras y Ester Fernández Gar
Santiago de Compostela: “Tourists Go Home!”
La capital de Galicia representa uno de los ejemplos en los que el modelo de turismo impulsado por la administración autonómica está a punto de desbordar una ciudad cuyo casco histórico está declarado patrimonio de la humanidad. Primero Fraga, después Alberto Núñez Feijóo y ahora Alfonso Rueda han impulsado el Xacobeo hasta desbordar cualquier límite razonable. La Xunta de Galicia bajo los Gobiernos del PP lleva años entregada a la retórica del peregrino un millón, dejando de lado la promoción de un turismo de calidad con menos visitantes pero mejor organizados.
Las cifras hablan por sí solas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística en su encuesta de ocupación hotelera –el indicador que los expertos consideran más fiable–, la ciudad recibió en junio del pasado año 95.691 viajeros. En el mismo mes de 2022 fueron 87.640, y entonces Rueda ya sacaba pecho sobre “los mejores datos de la historia”. La población empadronada son 98.179, por lo que la presión es intensa, mayor que en ciudades como Sevilla (recibió en el mismo periodo 266.268 visitantes para 682.000 habitantes), Barcelona (762.905 por 1.636.193), Granada (140.538 por 228.682), Córdoba (74.034 por 319.515), Salamanca (55.033 por 142.212) o Toledo (53.365 por 85.085).
La apuesta de ayuntamientos y autonomías por la turistificación dispara la vivienda y también los alquileres comerciales, expulsando a vecinos y negocios tradicionales. La demanda de agua y otras molestias se multiplican. Analizamos la situación en Santiago de Compostela, Córdoba, Toledo, Donosti y Logroño
— Los pisos turísticos presionan los precios del alquiler con localidades donde son el 20% de las viviendas
El turismo masivo 'low cost' irrumpe también en los destinos de interior: ""
G. Cortizo / J. Velasco / F. Manjavacas / B. Ferreras / E. Fernández
2 de mayo de 2024 21:46h Actualizado el 03/05/2024 10:19h 37
Calles empedradas, monumentos, palacios, exposiciones, tabernas en las que compartir un vino con los lugareños... Las ciudades de tamaño medio en España eran destinos tranquilos, donde el visitante buscaba experiencias únicas, llenas de cultura, gastronomía y autenticidad. Incluso lugares como Toledo, Santiago de Compostela o Córdoba, acostumbrados al turismo multitudinario, están en pleno debate por el cariz que está adquiriendo el fenómeno en los últimos años. El modelo de fiesta, alcohol y grandes franquicias de ropa y restauración se extiende también a ciudades que habían conseguido labrarse un perfil turístico de cercanía y calidad, como Donostia y Logroño.
'Urbanalización' o por qué todos los centros de ciudad parecen el mismo sitio
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El turismo masivo y de bajo precio –y no tan bajo– supone una ofensiva por varios frentes: dispara los precios de la vivienda, expulsando a los vecinos; también los alquileres comerciales se hacen insostenibles para los negocios tradicionales. Además, la demanda de agua se multiplica y las molestias de todo tipo invaden el casco antiguo: ruidos, orines, vandalismo... Mientras tanto, la apuesta por el turismo, a toda costa y sea del tipo que sea, parece una constante de los representantes políticos.
El penúltimo signo de alarma llegó con la sequía salvaje que viven algunas zonas del país: en el momento en que algunos responsables políticos llegaron a plantear que los hoteles y los negocios privados sí pudieran llenar las piscinas, y que no pudiera hacerlo la población local. Es decir: dar prioridad al bienestar de los turistas por encima del de los ciudadanos. No es el único caso: hacer la vista gorda con la ordenanza sobre ruidos en determinadas zonas de la ciudad, o negarse a declarar zonas tensionadas para limitar el precio del alquiler son otras actitudes políticas que buscan favorecer al turista por encima de los vecinos. Es la paradoja del responsable político que gobierna para los visitantes y no para quienes le votan.
elDiario. es ha recorrido varias ciudades que empiezan a sufrir ese nuevo modelo turístico que todavía demasiados políticos consideran deseable. Este reportaje se ha elaborado con información de Gonzalo Cortizo, Juan Velasco, Fidel Manjavacas, Belén Ferreras y Ester Fernández Gar
Santiago de Compostela: “Tourists Go Home!”
La capital de Galicia representa uno de los ejemplos en los que el modelo de turismo impulsado por la administración autonómica está a punto de desbordar una ciudad cuyo casco histórico está declarado patrimonio de la humanidad. Primero Fraga, después Alberto Núñez Feijóo y ahora Alfonso Rueda han impulsado el Xacobeo hasta desbordar cualquier límite razonable. La Xunta de Galicia bajo los Gobiernos del PP lleva años entregada a la retórica del peregrino un millón, dejando de lado la promoción de un turismo de calidad con menos visitantes pero mejor organizados.
Las cifras hablan por sí solas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística en su encuesta de ocupación hotelera –el indicador que los expertos consideran más fiable–, la ciudad recibió en junio del pasado año 95.691 viajeros. En el mismo mes de 2022 fueron 87.640, y entonces Rueda ya sacaba pecho sobre “los mejores datos de la historia”. La población empadronada son 98.179, por lo que la presión es intensa, mayor que en ciudades como Sevilla (recibió en el mismo periodo 266.268 visitantes para 682.000 habitantes), Barcelona (762.905 por 1.636.193), Granada (140.538 por 228.682), Córdoba (74.034 por 319.515), Salamanca (55.033 por 142.212) o Toledo (53.365 por 85.085).