Es bonito.

EL LOBO SE SENTIA ORGULLOSO DE SU SOMBRA
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En el bosque, el lobo se aprovecha de su sombra para intimidar a los demás. Hasta que alguien más grande que él llega para darle una lección.

Personajes: Lobo, León, Zorra, Conejo 1, Conejo 2
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PRIMER ACTO:

Se abre el telón y en el escenario, podemos ver a dos conejitos hablando y riendo. Detrás de ellos se mira la escenografía de un profundo bosque.

Conejo 1: Pero que bien que se está aquí, ¿no lo crees, amiguito? Qué lástima que los otros animales no quisieron acompañarnos.
Conejo 2: Es que tenían miedo.
Conejo 1: ¿Miedo? ¿Miedo de qué?
Conejo 2: Dicen que por esta parte del bosque merodea un lobo más feroz que ningún otro, ¡con tres metros de alto y fauces enormes!
Conejo 1: ¡Eso no es más que un absurdo! No existe un lobo así.

Lobo (voz fuera de escena): ¿Quieres apostar?
La sombra enorme de un lobo aparece proyectada entre los árboles, y los conejos se sobresaltan.

Conejo 1: ¡Es él! ¡Es él!
Conejo 2: ¡Sálvese quien pueda!

Ambos se echan a correr hasta salir del escenario. El lobo aparece en escena, a tamaño natural, riéndose con malicia. Mira hacia su sombra y sonríe.

Lobo: ¡Parece que lo hemos vuelto a hacer, sombra querida!

SEGUNDO ACTO:

El lobo se encuentra sentado perezosamente contra un árbol, con su enorme sombra a sus espaldas.
Lobo: Ah, que bello es sentir tanta tranquilidad en el bosque. Todo es mejor desde que esos animales se largaron de aquí, ¡indiscutiblemente soy el rey!

La zorra aparece en escena y lo mira con una ceja levantada.

Zorra: ¿Tú el rey? No me hagas reír, sabes que si no fuera por esa sombra tuya no podrías intimidar a nadie.

Lobo: ¿Qué haces tú aquí? ¿No me tienes miedo?

Zorra: No, yo no soy como esos animales a los que te gusta intimidar. Y al contrario de ellos, tampoco pienso irme.

Lobo: Pues harías bien en largarte, recuerda que después de todo, sigo siendo un lobo y ahora mismo no me vendría mal un pequeño bocadillo.

Zorra: Me iré si quieres, pero solo recuerda que un día, un animal más grande que tú te dará tu merecido. No es bueno que te aproveches de los más pequeños.
La zorra sale de escena y el lobo ríe.

Lobo: “Mi merecido”, sí claro. ¡Como si eso fuera a suceder!

TERCER ACTO:
Los conejitos vuelven a estar en el escenario; esta vez se notan temerosos. Cuando la sombra del león vuelve a aparecer, se van saltando a toda prisa y el lobo entra en escena, riendo por lo bajo.

Lobo: ¡Pero cuan intimidante soy! Con este tamaño, bien podría asustar hasta a un león.

En ese instante, un león de gran melena entra por el otro lado del escenario y la sonrisa del lobo desaparece.

León: Con que esas tenemos, ¿eh? Pues ven lobito, ¡a ver si puedes asustarme!
El león comienza a corretear al lobo por todo el escenario, mientras este último trata de pedir ayuda. Sonriente, la zorra asoma su cabeza.

Zorra: Te lo dije, no es bueno alardear. ¡A ver ahora como te salvas de esta, lobo aprovechado!

Los conejitos aparecen por el lado opuesto, animando al león.

Conejos 1 y 2: ¡Sí, atrápalo! ¡Atrápalo para que aprenda!

Lobo: ¡Socorrooooooo!

Es bonito.