Cuando llegamos a EL DJEM, eran las ocho de la mañana, hacía un frío terrible y los nativos decían que no solía hacer tanto frío en
Túnez, pero era un 10 de Enero y había nevado en toda Europa, también en
Madrid, la gran nevada del 2010.
Me llamó la atención la cantidad de niños que había por las calles e inocente de mí, pensaba que irían al
colegio; no, esperaban a los
turistas para venderles alguna baratija. Tenían una cara de frío.... Y DECÍAN QUE EL FRÍO LLEGABA DE
ESPAÑA.
Es impresionante la mole de piedras del mayor anfiteatro de África y destaca lo limpio y cuidado que lo tienen, más limpio que las calles, los bares y los sanitarios, AVENTURA IMPOSIBLE ENTRAR EN UNO.
El anfiteatro te transporta a otros tiempos, el silencio es alucinante hasta se oye la propia respiración. Parece mentira en una gran llanura semidesértica encontrarse esta reliquia del ya decadente imperio romano.