LA EDUCACIÓN
A lo largo de mi vida profesional, como Maestro, he estado destinado en varios pueblos en los que intenté siempre cumplir mi misión intentando dar mucha importancia al aspecto educacional de mis alumnos tanto o más, en muchas ocasiones, que al aspecto instructivo o de conocimientos. Creo que la educación debe ser la base en la que se asienten los conocimientos para que la persona tenga una formación integral completa y para que ella sea un potencial válido para alcanzar a lo largo de su vida el éxito y el bienestar dentro de la sociedad. Además es al niño al que hay que procurar desde pequeñito que crezca firme y derecho pues de no ser así le pasaría como al árbol que ya de mayor es
imposible poder enderezar. La educación desde muy pequeñito la cultura se puede ir adquiriendo y desarrollando durante toda una vida.
Fue mi primera escuela en Arjonilla, ya había aprobado las oposiciones y con 22 años tomé mi propiedad provisional en este pueblo de nuestra provincia situado a unos 50 kms. de Fuensanta. Para desplazarme utilizaba una moto marca Lambretta, parecida a la Vespa aunque bastante peor. Cómo la toma de posesión fue en Enero tuve que ponerle una pantalla de plástico en el manillar para poder soportar el frío que en esa época del año, en moto, es tan intenso.
Me dieron una casa para Maestros y allí me llevé lo indispensable de casa, una mesa, unas sillas y una cama, Estuve allí solo aquel curso porque al año siguiente pude coger una bacante en Martos que estaba tan cerca de nuestro pueblo.
Fue este mi bautismo profesional, mi contacto con los niños, con la escuela, con los padres y con mi profesión, aquella que yo había escogido con mucha vocación y que tantas y tantas satisfacciones me ha dado a lo largo de 48 años de servicio.
Allí estuvo conmigo mi amigo Juan Ramos, de Higuera de Arjona que había sido compañero mío de estudios en Jaén y nos lo pasamos muy bien. Hicimos amigos en el pueblo Uno era comerciante de tejidos tenía una tienda y un coche y era el que nos llevaba a Arjona, o a Andujar, que estan cerca de Arjonilla a tomar copas o a buscar novia. Además había un empleado del sindicato, y un empresario que su padre tenía una fábrica de ladrillos nos juntábamos con frecuencia en el Casino y allí preparábamos las escapadas. En definitiva un feliz inicio de profesión, un orgullo por ser por fin formadores de hombres y una juventud que empezaba a saborear las mieles de la vida.
Tengo una anécdota de este pueblo. Era fiesta, había una procesión y el alcalde, compañero también, nos invitó a ella. Yo me voy a lavar la cabeza y allí teníamos agua de un pozo dentro de la casa. Preparo el agua me pongo champú y me voy a enjuagar pero observo que por mucha agua que yo me echaba la espuma no había quien la quitara de la cabeza. Tanto es así que tuve al final que quitármela con la toalla porque aquel agua salobre no permitía deshacer la espuma. Curioso, ¡no! Con lo bien que la limpia el agua de nuestra Fuente de la Negra.
Hace ya de esto 51 años pero los recuerdo como si fuese ayer, No se que habrá sido de todo aquello Paco, Pedro, José, aquellos amigos, aquellos niños, mis primeros alumnos, el pueblo muy bonito con sus fachadas de ladrillo elaborado allí, las gentes estupendas, a todos ellos un saludo y mi gratitud en el recuerdo porque ahí empecé a ser Maestro.
A lo largo de mi vida profesional, como Maestro, he estado destinado en varios pueblos en los que intenté siempre cumplir mi misión intentando dar mucha importancia al aspecto educacional de mis alumnos tanto o más, en muchas ocasiones, que al aspecto instructivo o de conocimientos. Creo que la educación debe ser la base en la que se asienten los conocimientos para que la persona tenga una formación integral completa y para que ella sea un potencial válido para alcanzar a lo largo de su vida el éxito y el bienestar dentro de la sociedad. Además es al niño al que hay que procurar desde pequeñito que crezca firme y derecho pues de no ser así le pasaría como al árbol que ya de mayor es
imposible poder enderezar. La educación desde muy pequeñito la cultura se puede ir adquiriendo y desarrollando durante toda una vida.
Fue mi primera escuela en Arjonilla, ya había aprobado las oposiciones y con 22 años tomé mi propiedad provisional en este pueblo de nuestra provincia situado a unos 50 kms. de Fuensanta. Para desplazarme utilizaba una moto marca Lambretta, parecida a la Vespa aunque bastante peor. Cómo la toma de posesión fue en Enero tuve que ponerle una pantalla de plástico en el manillar para poder soportar el frío que en esa época del año, en moto, es tan intenso.
Me dieron una casa para Maestros y allí me llevé lo indispensable de casa, una mesa, unas sillas y una cama, Estuve allí solo aquel curso porque al año siguiente pude coger una bacante en Martos que estaba tan cerca de nuestro pueblo.
Fue este mi bautismo profesional, mi contacto con los niños, con la escuela, con los padres y con mi profesión, aquella que yo había escogido con mucha vocación y que tantas y tantas satisfacciones me ha dado a lo largo de 48 años de servicio.
Allí estuvo conmigo mi amigo Juan Ramos, de Higuera de Arjona que había sido compañero mío de estudios en Jaén y nos lo pasamos muy bien. Hicimos amigos en el pueblo Uno era comerciante de tejidos tenía una tienda y un coche y era el que nos llevaba a Arjona, o a Andujar, que estan cerca de Arjonilla a tomar copas o a buscar novia. Además había un empleado del sindicato, y un empresario que su padre tenía una fábrica de ladrillos nos juntábamos con frecuencia en el Casino y allí preparábamos las escapadas. En definitiva un feliz inicio de profesión, un orgullo por ser por fin formadores de hombres y una juventud que empezaba a saborear las mieles de la vida.
Tengo una anécdota de este pueblo. Era fiesta, había una procesión y el alcalde, compañero también, nos invitó a ella. Yo me voy a lavar la cabeza y allí teníamos agua de un pozo dentro de la casa. Preparo el agua me pongo champú y me voy a enjuagar pero observo que por mucha agua que yo me echaba la espuma no había quien la quitara de la cabeza. Tanto es así que tuve al final que quitármela con la toalla porque aquel agua salobre no permitía deshacer la espuma. Curioso, ¡no! Con lo bien que la limpia el agua de nuestra Fuente de la Negra.
Hace ya de esto 51 años pero los recuerdo como si fuese ayer, No se que habrá sido de todo aquello Paco, Pedro, José, aquellos amigos, aquellos niños, mis primeros alumnos, el pueblo muy bonito con sus fachadas de ladrillo elaborado allí, las gentes estupendas, a todos ellos un saludo y mi gratitud en el recuerdo porque ahí empecé a ser Maestro.