LA RULETA...

LA RULETA
Yo he tenido siempre una inclinación a los juegos, sobre todo a los juegos de azar, y eso tal vez me venga de nacimiento porque si los genes influyen tanto en todo, como mi padre era un buen jugador, yo heredé seguramente este regalíto.
Como en mi adolescencia no existían los Casinos de Juego en nuestro país los únicos juegos que había el alcance de todos eran la lotería, la once, y la cartas estas últimas constituían el elemento indispensable de cualquier reunión de amigos o de cualquier bar o taberna de pueblo para jugarse una ronda o, por qué no, unas perras.
Yo en mi época de estudiante aprendí a jugar al poker, que el único juego que practiqué siempre con alguna asiduidad, más que nada con compañeros y amigos y nunca nos jugábamos cantidades muy altas,
Es muy importante en este juego controlar tus emociones porque si las exteriorizas, cuando te tiras un farol, los otros jugadores pueden averiguarlo, a través de tu actitud, y ganarte la partida. El farol, para quien no sea entendido en la materia, significa que tú juegas sin tener jugada e intentas engañar al contrario jugando una cantidad más fuerte de lo normal para que él crea que tienes una buena jugada. Si consigues que él tire las cartas por el miedo de perder entonces ganas tú la partida.
Yo siempre entendí, tal vez por motivos familiares, que el juego no es nada rentable y mucho menos recomendable como forma de obtener de él un beneficio económico fijo, y por eso el juego hay que tomarlo como una diversión, siempre que te atraiga o te guste, y hacerlo muy de tarde en tarde, nunca dejarte llevar por ningún juego de forma continua porque entonces te arrastra y te puede llevar a la ruina. Así lo entiendo yo y así practico de higos a peras sin ningún riesgo que no pueda resultar asumible económicamente. Además, como fundamental, si vas ganando no intentes ganar más, mejor te retiras a tiempo porque la suerte lo mismo que se viene se va.
Cuando se permitió abrir al público Casinos de Juego por España, con la llegada de la democracia, todos los que siempre habíamos sentido ese gusanillo nos apresuramos a ver como era un casino por dentro, pues hasta entonces solo lo conocíamos por las películas.
La verdad es que un casino es un edificio impresionante, con un salón o salones, lujosísimos, un bar, un restaurante, algunos tienen su sala de fiestas o espectáculo, y un aparcamiento inmenso para los coches que a la entrada hay unos empleados que te cogen tu coche, te lo aparcan y te dan un número para que a la salida tú lo entregues, jonto con una propina, y te vuelven a traer tu vehículo. Algo que te sorprende gratamente y te predispone para jugarte unos euros al Blak Yak, a la ruleta o a las traga perras. Y además de esto tu encuentras un silencio absoluto a tu alrededor que por mucha gente que haya en la sala solo se oyen las voces de los crupieres o el ruido de las ruletas. ¿Sorprendente verdad?
Yo solo he jugado a la ruleta. Te acercas a ella, dejar caer sobre el tapete la cantidad que quieres jugar, esperas que el crupier te de las fichas y ¡Ala! A jugar. Si tienes suerte que hagas pleno, saliendo el numero que tu hayas elegido ya sabes que te ha tocado, creo que es, 35 veces lo que hayas metido. Puedes jugar con una misma ficha, dos, tres, o cuatro números, puede jugar a rojo o negro y otras muchas combinaciones yo te recomiendo que si pierdes 50 euros mejor te retiras y si con 50 llegas a conseguir 200 o 300 euros retírate también, eso es lo que yo hago y así nunca tendrás problemas y habrás pasado un rato agradable y de paso matas el gusanillo.
Si nunca fuiste a un casino, aunque a ti el juego no te guste, cuando tengas oportunidad yo te recomiendo que entres, que sigas mis indicaciones ya verás como pasas un rato agradable y a lo mejor hasta ganas.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Manuel Lara Lemus. De acuerdo con lo que relatas, solo decirte que en León y su provincia se jugaba mucho, creo, sinceramente que León es la capital del juego. No hablo de casinos, sino juego de cartas. He presenciado mesas donde allá por los años 50 se jugaban miles de pesetas, al póquer, al subastado, al julepe, a las chapas...

A mí me sucedió como a ti. Aprendí a jugar al póquer en mis años de estudiante y reconozco -es mi opinión-, que es el juego más bonito que existe especialmente en el ... (ver texto completo)