La almazara
Una almazara, para los que no sean de mi tierra, Jaén, es la fábrica que transforma el fruto del olivo, la aceituna, en ese bien llamado oro líquido, que es el aceite de oliva.
Yo me acuerdo como era en mi infancia una fábrica de aceites, porque tenía una muy cerca del negocio de mis padres, y la verdad es que a penas si tiene alguna comparación con lo que hoy es una almazara.
Antiguamente este tipo de establecimientos funcionaban no con electricidad sin con agua. No había motores sino poleas que hacían mover todas las máquinas de la fábrica La aceituna era molida por unos rulos de piedra de forma cónica que producían la masa que, posteriormente, se trasladaba a cubos hacia las prensas que aprovechaban los capachos de esparto para ir emparedando esa masa, esparcida por toda su superficie, al objeto de estrujarla con las prensas y obtener de allí el aceite, por un lado, y el orujo por el otro. El aceite era conducido a través de unas charcas o aljives, que iban eliminado impurezas y llevaban el aceite ya puro a grandes tinajas listo ya para su venta y para su consumo.
Entonces el trabajo de los molineros era muy duro. Primero tenían que traer la aceituna de los trojes de los particulares hasta los rulos de molturación, con una canasta sobre el hombro. Otros llenaban las prensas con los capachos haciendo los cargos, osea llenándolos hasta arriba. Luego tenían que sacar, con canastas también, el orujo que es la pasta que queda después de sacado el agua y el aceite, todo ello de forma totalmente manual.
Ahora el trabajo de una almazara moderna es totalmente mecánico. La aceituna llega a la fábrica por medio camiones o coches se echa en una torva para limpiarla y quitarles las piedras, el barro o las hojas, de allí va por una cinta mecánica hasta la trituradora y de allí sale ya directamente por un la do el aceite y por otro el orujo. El molinero no toca el producto solo tiene que vigilar el perfecto funcionamiento de los motores y circuitos eléctricos. Hay un modelo de maquinaria oleícola llamado Pieralissi, de origen italiano, que se encuentra muy repartida por todo el mundo olivarero y que fue la pionera e esta nueva forma de extraer el aceite de oliva.
Esta es la diferencia del trabajo de mi padre que fue molinero, al trabajo de los molineros de hoy que gracias a Dios la técnica ha apechugado con el esfuerzo y el hombre ha puesto su inteligencia.
Pero hay una cosa que tiene el olivo que es preciso destacar para quien no la conozca. El olivo necesita una serie de trabajos a lo largo de todo el año que el olivarero tiene que soportar de sus ahorros o de la cosecha anterior porque la aceituna hay que cogerla en Diciembre, pagar los jornales, realizar la corta cuando proceda, abonar, quitar las hiervas y piedras a los suelos, y la aceituna se suele cobrar en Septiembre u Octubre. Y otra muy breve en la actualidad. El aceite está cada vez más barato, los pequeños productores no pueden sufragar los gastos si no es porque ellos los cultiven y los trabajen. La subvención cada vez menor y con tintes de desaparecer, los italianos que nos atacan por todos lados e intentan quedarse con toda nuestra producción., porque de él dependen en Andalucía tanto los propietarios como los obreros del campo, o sea casi todos los andaluces.
Una almazara, para los que no sean de mi tierra, Jaén, es la fábrica que transforma el fruto del olivo, la aceituna, en ese bien llamado oro líquido, que es el aceite de oliva.
Yo me acuerdo como era en mi infancia una fábrica de aceites, porque tenía una muy cerca del negocio de mis padres, y la verdad es que a penas si tiene alguna comparación con lo que hoy es una almazara.
Antiguamente este tipo de establecimientos funcionaban no con electricidad sin con agua. No había motores sino poleas que hacían mover todas las máquinas de la fábrica La aceituna era molida por unos rulos de piedra de forma cónica que producían la masa que, posteriormente, se trasladaba a cubos hacia las prensas que aprovechaban los capachos de esparto para ir emparedando esa masa, esparcida por toda su superficie, al objeto de estrujarla con las prensas y obtener de allí el aceite, por un lado, y el orujo por el otro. El aceite era conducido a través de unas charcas o aljives, que iban eliminado impurezas y llevaban el aceite ya puro a grandes tinajas listo ya para su venta y para su consumo.
Entonces el trabajo de los molineros era muy duro. Primero tenían que traer la aceituna de los trojes de los particulares hasta los rulos de molturación, con una canasta sobre el hombro. Otros llenaban las prensas con los capachos haciendo los cargos, osea llenándolos hasta arriba. Luego tenían que sacar, con canastas también, el orujo que es la pasta que queda después de sacado el agua y el aceite, todo ello de forma totalmente manual.
Ahora el trabajo de una almazara moderna es totalmente mecánico. La aceituna llega a la fábrica por medio camiones o coches se echa en una torva para limpiarla y quitarles las piedras, el barro o las hojas, de allí va por una cinta mecánica hasta la trituradora y de allí sale ya directamente por un la do el aceite y por otro el orujo. El molinero no toca el producto solo tiene que vigilar el perfecto funcionamiento de los motores y circuitos eléctricos. Hay un modelo de maquinaria oleícola llamado Pieralissi, de origen italiano, que se encuentra muy repartida por todo el mundo olivarero y que fue la pionera e esta nueva forma de extraer el aceite de oliva.
Esta es la diferencia del trabajo de mi padre que fue molinero, al trabajo de los molineros de hoy que gracias a Dios la técnica ha apechugado con el esfuerzo y el hombre ha puesto su inteligencia.
Pero hay una cosa que tiene el olivo que es preciso destacar para quien no la conozca. El olivo necesita una serie de trabajos a lo largo de todo el año que el olivarero tiene que soportar de sus ahorros o de la cosecha anterior porque la aceituna hay que cogerla en Diciembre, pagar los jornales, realizar la corta cuando proceda, abonar, quitar las hiervas y piedras a los suelos, y la aceituna se suele cobrar en Septiembre u Octubre. Y otra muy breve en la actualidad. El aceite está cada vez más barato, los pequeños productores no pueden sufragar los gastos si no es porque ellos los cultiven y los trabajen. La subvención cada vez menor y con tintes de desaparecer, los italianos que nos atacan por todos lados e intentan quedarse con toda nuestra producción., porque de él dependen en Andalucía tanto los propietarios como los obreros del campo, o sea casi todos los andaluces.