LEMUS
Tengo yo un apellido del que me siento muy ufano porque es muy poco común, tan poco, que en España hay 1945 personas que se apellidan Lemus. Y entre más de 48.000.000 de españoles tener solo algo más de un millar de tocayos eso es algo que a mi particularmente me satisface porque le da a mi apellido cierto halo de privilegio, de minoría, de intimísmo, que lo hace como más selecto, como más manejable y en cierto modo hasta más familiar, porque podría uno ponerse en contacto con todos los Lemus de este país en un abrir y cerrar de ojos.
El origen del mismo se remonta al año 600 A. C. cuando los Celtas invadieron la península, una tribu de esta raza se estableció en Monforte de Lemos, pueblo lucense, o sea de Lugo, y de allí provenimos todos nosotros. Hay dos ramas de los Lemus que salieron de allí una a Cataluña cuando por motivos comerciales familias monforteñas se establecieron allí y otra más numerosa fue la que se produjo cuando la expulsión de los judíos de España hecha por los Reyes Católicos y que hizo que los moriscos, judíos conversos apellidados Lemus, fuesen a parar a centroamérica y sudamérica como Cuba o Méjico, donde también existe nuestro apellido.
Yo recuerdo que en mis ansia por conocer mi genealogía, cuando adolescente, me dedicaba a buscare en la guía de teléfonos el apellido Lemus y en la provincia de Jaén los únicos apellidos Lemus que hay son todos de Fuensanta o de personas que siendo fuensanteñas viven en Jaén o en algún otro pueblo de la provincia.
Tiene esto de la escasa difusión del apellido a través de los tiempos un inconveniente y es que posiblemente pueda ir a menos e incluso desaparecer porque como la trasmisión se mantiene solamente con los varones en el momento que por circunstancias los nacidos fueran solo hembras los Lemus desaparecerían. En mi familia mi abuelo Pablo Lemus tuvo dos hijas y un hijo todos sus nietos que éramos siete llavábamos el apellido Lemus sin embargo de los siete solo el hijo del varón
lo ha transmitido, con lo cual de los siete nietos solo uno va a dejar ese apellido vivo.
Bueno esto es simplemente una curiosidad porque todos los apellidos son igual de buenos, igual de dignos, e igual de respetables, y además nadie puede elegirlos le vienen ya dados como herencia de sus antepasados, pero viéndolo de un modo egoísta casi hubiera sido mejor apellidarse Pérez o López, porque con esos puedes estar tranquilo de que nunca desaparecerá tu apellido. Bueno como apellidos tenemos dos el otro mío es más común así que como varón mi primer apellido perdurará.
Tengo yo un apellido del que me siento muy ufano porque es muy poco común, tan poco, que en España hay 1945 personas que se apellidan Lemus. Y entre más de 48.000.000 de españoles tener solo algo más de un millar de tocayos eso es algo que a mi particularmente me satisface porque le da a mi apellido cierto halo de privilegio, de minoría, de intimísmo, que lo hace como más selecto, como más manejable y en cierto modo hasta más familiar, porque podría uno ponerse en contacto con todos los Lemus de este país en un abrir y cerrar de ojos.
El origen del mismo se remonta al año 600 A. C. cuando los Celtas invadieron la península, una tribu de esta raza se estableció en Monforte de Lemos, pueblo lucense, o sea de Lugo, y de allí provenimos todos nosotros. Hay dos ramas de los Lemus que salieron de allí una a Cataluña cuando por motivos comerciales familias monforteñas se establecieron allí y otra más numerosa fue la que se produjo cuando la expulsión de los judíos de España hecha por los Reyes Católicos y que hizo que los moriscos, judíos conversos apellidados Lemus, fuesen a parar a centroamérica y sudamérica como Cuba o Méjico, donde también existe nuestro apellido.
Yo recuerdo que en mis ansia por conocer mi genealogía, cuando adolescente, me dedicaba a buscare en la guía de teléfonos el apellido Lemus y en la provincia de Jaén los únicos apellidos Lemus que hay son todos de Fuensanta o de personas que siendo fuensanteñas viven en Jaén o en algún otro pueblo de la provincia.
Tiene esto de la escasa difusión del apellido a través de los tiempos un inconveniente y es que posiblemente pueda ir a menos e incluso desaparecer porque como la trasmisión se mantiene solamente con los varones en el momento que por circunstancias los nacidos fueran solo hembras los Lemus desaparecerían. En mi familia mi abuelo Pablo Lemus tuvo dos hijas y un hijo todos sus nietos que éramos siete llavábamos el apellido Lemus sin embargo de los siete solo el hijo del varón
lo ha transmitido, con lo cual de los siete nietos solo uno va a dejar ese apellido vivo.
Bueno esto es simplemente una curiosidad porque todos los apellidos son igual de buenos, igual de dignos, e igual de respetables, y además nadie puede elegirlos le vienen ya dados como herencia de sus antepasados, pero viéndolo de un modo egoísta casi hubiera sido mejor apellidarse Pérez o López, porque con esos puedes estar tranquilo de que nunca desaparecerá tu apellido. Bueno como apellidos tenemos dos el otro mío es más común así que como varón mi primer apellido perdurará.