BARCELONA
Es Barcelona una gran ciudad de Cataluña, España, para mi la más importante después de Madrid, que tiene unas connotaciones especiales por tener, puerto de mar, sin duda alguna, el mejor del Mediterráneo, y una tradición, histórico artística, cultural y social, que la convierten en un referente europeo y mundial de primerísima línea en el aspecto intelectual y turístico. En el aspecto empresarial, comercial y económico Barcelona ha sido siempre una potencia internacional de primer orden.
Todo esto es para mi Barcelona a la que quiero, a la que admiro y a la que he ido en varias ocasiones, pues muchos familiares de mi mujer viven allí. He tenido ocasión de conocerla, a ella y a sus gentes, y disfrutar de sus maravillosos monumentos, y de su especial forma de ser de los catalanes a los que no se puede negar su tenacidad, su espíritu emprendedor y su “catalanísmo”
Yo recuerdo en mis primeros viajes que había una gran diferencia entre Cataluña y Andalucía. Parecía que estuviéramos en dos países distintos. Allí había trabajo, había fábricas, había, autovías. Se palpaba el progreso y el desarrollo, en nuestro Jaén solo había olivos trabajo en la temporada de la recolección de la aceituna y muchos emigrantes que se marchaban a Cataluña o a Bilbao para poder vivir.
Ahora cuando fui, hace dos años, el panorama había cambiado totalmente. Barcelona estaba preciosa, como siempre, pero ya no había ninguna diferencia en el paisaje y en el ambiente. Ya había parados en ambos lados, ya faltaban el trabajo, las fábricas, y ya teníamos nosotros también autopistas más modernas y además gratis.
¿Qué ha sucedido en estos 40 últimos años, donde en ambas regiones funcionamos con nuestras propias autonomías para que no existan ya grandes diferencias?
Yo creo que eso tendrían que explicárnoslo Pujol. Montilla y Mas, entre otros, mejor que se lo explique a los catalanes, porque nosotros teniendo aquí a Chaves y Griñan que encima no son, ni muy buenos, ni muy listos, hemos subido y ellos han bajado. La verdad es que nosotros estamos a la cola pero vivir, vivir, aquí todo el mundo se lo monta para pasarlo lo mejor posible.
Yo me voy a mojar y voy a dar mi humilde opinión. El catalanismo que siempre existió en Barcelona, su propia lengua, que era un obstáculo para todos los que iban allí sin conocerla, ahora ha experimentado un gran auge y un tono independentista inaceptable que está haciendo que Cataluña sea observada, en estos años de democracia por el resto de los españoles, como un hermano que quiere abandonar el hogar. Y eso le está pasando factura. Si a esto unimos que sus políticos han estado todos estos años pensando más en el trozo de tarta independentista que se iban a llevar, que en gobernar, ahí tenemos los resultados.
Que ningún catalán dude que en el resto de España se les quiere, se les valora, se les respeta y hasta en muchas cosas, se les admira, pero rechazamos plenamente su independencia porque aquí todos tenemos
que seguir navegando en el mismo y único barco. Un abrazo y un cariñoso saludo para mis amigos catalanes.
Es Barcelona una gran ciudad de Cataluña, España, para mi la más importante después de Madrid, que tiene unas connotaciones especiales por tener, puerto de mar, sin duda alguna, el mejor del Mediterráneo, y una tradición, histórico artística, cultural y social, que la convierten en un referente europeo y mundial de primerísima línea en el aspecto intelectual y turístico. En el aspecto empresarial, comercial y económico Barcelona ha sido siempre una potencia internacional de primer orden.
Todo esto es para mi Barcelona a la que quiero, a la que admiro y a la que he ido en varias ocasiones, pues muchos familiares de mi mujer viven allí. He tenido ocasión de conocerla, a ella y a sus gentes, y disfrutar de sus maravillosos monumentos, y de su especial forma de ser de los catalanes a los que no se puede negar su tenacidad, su espíritu emprendedor y su “catalanísmo”
Yo recuerdo en mis primeros viajes que había una gran diferencia entre Cataluña y Andalucía. Parecía que estuviéramos en dos países distintos. Allí había trabajo, había fábricas, había, autovías. Se palpaba el progreso y el desarrollo, en nuestro Jaén solo había olivos trabajo en la temporada de la recolección de la aceituna y muchos emigrantes que se marchaban a Cataluña o a Bilbao para poder vivir.
Ahora cuando fui, hace dos años, el panorama había cambiado totalmente. Barcelona estaba preciosa, como siempre, pero ya no había ninguna diferencia en el paisaje y en el ambiente. Ya había parados en ambos lados, ya faltaban el trabajo, las fábricas, y ya teníamos nosotros también autopistas más modernas y además gratis.
¿Qué ha sucedido en estos 40 últimos años, donde en ambas regiones funcionamos con nuestras propias autonomías para que no existan ya grandes diferencias?
Yo creo que eso tendrían que explicárnoslo Pujol. Montilla y Mas, entre otros, mejor que se lo explique a los catalanes, porque nosotros teniendo aquí a Chaves y Griñan que encima no son, ni muy buenos, ni muy listos, hemos subido y ellos han bajado. La verdad es que nosotros estamos a la cola pero vivir, vivir, aquí todo el mundo se lo monta para pasarlo lo mejor posible.
Yo me voy a mojar y voy a dar mi humilde opinión. El catalanismo que siempre existió en Barcelona, su propia lengua, que era un obstáculo para todos los que iban allí sin conocerla, ahora ha experimentado un gran auge y un tono independentista inaceptable que está haciendo que Cataluña sea observada, en estos años de democracia por el resto de los españoles, como un hermano que quiere abandonar el hogar. Y eso le está pasando factura. Si a esto unimos que sus políticos han estado todos estos años pensando más en el trozo de tarta independentista que se iban a llevar, que en gobernar, ahí tenemos los resultados.
Que ningún catalán dude que en el resto de España se les quiere, se les valora, se les respeta y hasta en muchas cosas, se les admira, pero rechazamos plenamente su independencia porque aquí todos tenemos
que seguir navegando en el mismo y único barco. Un abrazo y un cariñoso saludo para mis amigos catalanes.