EL IMSERSO
Es el Imserso una entidad, dependiente de la Seguridad Social, que se encarga de gestionar los servicios sociales de los jubilados facilitándoles el acceso a unas vacaciones de bajo coste, por todo el territorio nacional, incluido el insular, Baleares y Canarias, posibilitando que los mayores que tal vez antes no hayan podido ir, en plan turístico, puedan ahora disfrutar de ese agradable beneficio.
Es una labor estatal muy loable que permite a un matrimonio por un coste económico que oscila entre los 250 o 300 ó 350 euros, por persona, pasar 7, 10, o 15 días en un hotel de España, con todos los gastos pagados incluido el viaje de ida y vuelta a casa, en autobús o en avión, disfrutando de unas merecidas y tal vez nunca realizadas vacaciones.
Lo único que uno tiene que hacer llegada la edad de la jubilación y obtenida la tarjeta de jubilado es apuntarse en el Imserso, el o ella y su pareja y esperar que le manden los lugares a los que pueda viajar, el precio y las condiciones de cada uno de esos viajes y solicitar los que le interesen y los que le permita el programa de ese año. Después ya te comunican cuantos te han concedido y previo pago de su importe en algún banco o caja esperar que llegar el día y la hora, que ellos ya te indicarán, y ¡ala!, a disfrutar del viaje.
Todos los años no hay el mismo programa de viajes así puedes ir cambiando cada año y de esta forma ir conociendo nuevos lugares y nuevas rutas. Es muy interesante porque conoces a gente de tu edad de todo el territorio nacional, sus costumbres, sus gustos, sus hábitos y sus problemas, que suelen ser los mismos que los nuestros y que nos permiten enriquecernos emocional y culturalmente, y hasta hacer muy buenas amistades con otros matrimonios de cualquier lugar de nuestro país a la vez que conocemos los monumentos, los paisajes, el folclore y la gastronomía de
este maravilloso país nuestro llamado España.
Nosotros, Laly y yo, que gracias a Dios somos ya unos viejos jubilados, llevamos ya diez años, hemos visitado: Galicia, Mallorca, Canarias, la Costa Brava, Almería, Huelva y como no, Benidorm, el lugar más solicitado de este Imserso y la verdad es que tenemos muy gratos recuerdos de todo ellos y también muy buenos amigos conocidos en ellos.
Recuerdo que en Benidorm había un matrimonio de Velez Málaga que cuando se enteró que éramos de Fuensanta vinieron a saludarnos y él tenía verdadera pasión por nuestro pueblo y por los fuensanteños porque decía que éramos un gran pueblo y una excelentes personas. Me explicó que el iba mucho por Fuensanta con una piara de cabras, pueblo por pueblo, desde el suyo Velez Málaga, vendiendo leche y comprando y vendiendo ganado, logicamente andando, y conocía la Posada de Dotiva, la Vadera algunos de sus clientes y cabreros como los Lorenzo. Trabajo durísimo el suyo, andando de pueblo en pueblo para ganarse el sustento, para buscarse la vida, y lo consiguió porque me dijo que había hecho algún capital y que vivía muy feliz en su pueblo, por supuesto que en el campo y con su ganado, aunque ya el no lo hace como negocio. Y me dijo también que él nunca podría vivir en un piso, el siempre libre en el campo, ese campo y esos animales que habían sido objeto de su vida.
Me encantó que alguien me hablara bien de mi pueblo y de mis paisanos y sigo teniendo relación con este malagueño del Imserso, que es una buena persona y un trabajador incansable amigo por gratitud de nuestro pueblo y de todos nosotros los fuensanteños.
Es el Imserso una entidad, dependiente de la Seguridad Social, que se encarga de gestionar los servicios sociales de los jubilados facilitándoles el acceso a unas vacaciones de bajo coste, por todo el territorio nacional, incluido el insular, Baleares y Canarias, posibilitando que los mayores que tal vez antes no hayan podido ir, en plan turístico, puedan ahora disfrutar de ese agradable beneficio.
Es una labor estatal muy loable que permite a un matrimonio por un coste económico que oscila entre los 250 o 300 ó 350 euros, por persona, pasar 7, 10, o 15 días en un hotel de España, con todos los gastos pagados incluido el viaje de ida y vuelta a casa, en autobús o en avión, disfrutando de unas merecidas y tal vez nunca realizadas vacaciones.
Lo único que uno tiene que hacer llegada la edad de la jubilación y obtenida la tarjeta de jubilado es apuntarse en el Imserso, el o ella y su pareja y esperar que le manden los lugares a los que pueda viajar, el precio y las condiciones de cada uno de esos viajes y solicitar los que le interesen y los que le permita el programa de ese año. Después ya te comunican cuantos te han concedido y previo pago de su importe en algún banco o caja esperar que llegar el día y la hora, que ellos ya te indicarán, y ¡ala!, a disfrutar del viaje.
Todos los años no hay el mismo programa de viajes así puedes ir cambiando cada año y de esta forma ir conociendo nuevos lugares y nuevas rutas. Es muy interesante porque conoces a gente de tu edad de todo el territorio nacional, sus costumbres, sus gustos, sus hábitos y sus problemas, que suelen ser los mismos que los nuestros y que nos permiten enriquecernos emocional y culturalmente, y hasta hacer muy buenas amistades con otros matrimonios de cualquier lugar de nuestro país a la vez que conocemos los monumentos, los paisajes, el folclore y la gastronomía de
este maravilloso país nuestro llamado España.
Nosotros, Laly y yo, que gracias a Dios somos ya unos viejos jubilados, llevamos ya diez años, hemos visitado: Galicia, Mallorca, Canarias, la Costa Brava, Almería, Huelva y como no, Benidorm, el lugar más solicitado de este Imserso y la verdad es que tenemos muy gratos recuerdos de todo ellos y también muy buenos amigos conocidos en ellos.
Recuerdo que en Benidorm había un matrimonio de Velez Málaga que cuando se enteró que éramos de Fuensanta vinieron a saludarnos y él tenía verdadera pasión por nuestro pueblo y por los fuensanteños porque decía que éramos un gran pueblo y una excelentes personas. Me explicó que el iba mucho por Fuensanta con una piara de cabras, pueblo por pueblo, desde el suyo Velez Málaga, vendiendo leche y comprando y vendiendo ganado, logicamente andando, y conocía la Posada de Dotiva, la Vadera algunos de sus clientes y cabreros como los Lorenzo. Trabajo durísimo el suyo, andando de pueblo en pueblo para ganarse el sustento, para buscarse la vida, y lo consiguió porque me dijo que había hecho algún capital y que vivía muy feliz en su pueblo, por supuesto que en el campo y con su ganado, aunque ya el no lo hace como negocio. Y me dijo también que él nunca podría vivir en un piso, el siempre libre en el campo, ese campo y esos animales que habían sido objeto de su vida.
Me encantó que alguien me hablara bien de mi pueblo y de mis paisanos y sigo teniendo relación con este malagueño del Imserso, que es una buena persona y un trabajador incansable amigo por gratitud de nuestro pueblo y de todos nosotros los fuensanteños.