LA LOTERIA
Aunque uno no sea un aficionado a este tipo de juego a todos nos atrae el sorteo de la Navidad y a continuación, aunque con menor importancia, el del Niño. Quizás sea porque tradicionalmente estos eran los dos sorteos más importantes de la Lotería Nacional junto con la de la Once, las únicas loterías que existían en nuestro país. Así que todos de alguna manera nos sentimos enganchados a ese familiar Gordo de Navidad.
Ese que cantan los niños del Colegio de San Ildefonso y que resuena en nuestros oídos dada 22 de Diciembre con una cansina pero agradable musicalidad.
Yo no he sido nunca un aficionado a este tipo de sorteos y menos aún desde que aparecieron otras loterías más atractivas porque con menos dinero te puede proporcionar premios mucho más cuantiosos, pero de este de Navidad siempre llevo algo más por cariño que por convicción ya que nunca conseguí yo un premio importante en la lotería de Navidad.
Cuando aparecieron las otras quiniela, bonoloto, primitivs, euromillones y gordo de la primitiva, me gusta, no cada semana pero si muy a menudo, jugar 9.50 euros comprando una apuesta de cada uno de estos sorteos que me permite tener a diario la ilusión de poder conseguir un gran premio, infinitamente mayor que el del Gordo, con esa mínima cantidad de dinero. La quiniela no la juego nunca porque la veo un poco complicada ya que yo no soy gran aficionado al fútbol.
Y lo de mi inclinación hacia estos nuevos juegos más modernos quizás se deba a que he obtenido a que en una ocasión acerté 5 en la bonoloto y gané 375.000 ptas que utilicé para hacer un magnífico viaje con mi señora a Brasil del que guardo unos maravillosos recuerdos.
La verdad es que en estos tiempos tan difíciles que atravesamos, cuanto tantas familias tiene necesidades y carencias a fin de mes lo de la lotería es como una esperanza y una ilusión que, ahora más que nunca, es compartida por todos y deseada como la tabla de salvación para solucionar para siempre esa maldita y dolorosa crisis económica que padecemos.
Por cierto, hay que ver que maravilloso anuncio televisivo han puesto este año para recordar a todo el mundo lo importante que es participar en este sorteo que puede, por unos euros, conseguir que tu suerte cambie tu vida, para siempre, y que haga que no te quedes fuera de ese posible rayo de felicidad que tal vez esté a punto de llegar a tu barrio, a tu puesto de trabajo, a tu cafetería y a tu hogar.
Pero al mismo tiempo ese expot publicitario encierra un mensaje aún mayor y más ejemplar que es la generosidad y la honradez de ese barman que fue capaz de guardar el décimo a aquel cliente que tal vez no fue por él porque no podía pagarlo pero que aquel buen hombre le guardó, renunciando a su premio, para darle al otro los millones y la felicidad.
Que haya suerte en la lotería y que seamos capaces de hacer llegar a nuestros semeje ¡antes ese espíritu caritativo, generoso y amoroso de la Navidad.
Aunque uno no sea un aficionado a este tipo de juego a todos nos atrae el sorteo de la Navidad y a continuación, aunque con menor importancia, el del Niño. Quizás sea porque tradicionalmente estos eran los dos sorteos más importantes de la Lotería Nacional junto con la de la Once, las únicas loterías que existían en nuestro país. Así que todos de alguna manera nos sentimos enganchados a ese familiar Gordo de Navidad.
Ese que cantan los niños del Colegio de San Ildefonso y que resuena en nuestros oídos dada 22 de Diciembre con una cansina pero agradable musicalidad.
Yo no he sido nunca un aficionado a este tipo de sorteos y menos aún desde que aparecieron otras loterías más atractivas porque con menos dinero te puede proporcionar premios mucho más cuantiosos, pero de este de Navidad siempre llevo algo más por cariño que por convicción ya que nunca conseguí yo un premio importante en la lotería de Navidad.
Cuando aparecieron las otras quiniela, bonoloto, primitivs, euromillones y gordo de la primitiva, me gusta, no cada semana pero si muy a menudo, jugar 9.50 euros comprando una apuesta de cada uno de estos sorteos que me permite tener a diario la ilusión de poder conseguir un gran premio, infinitamente mayor que el del Gordo, con esa mínima cantidad de dinero. La quiniela no la juego nunca porque la veo un poco complicada ya que yo no soy gran aficionado al fútbol.
Y lo de mi inclinación hacia estos nuevos juegos más modernos quizás se deba a que he obtenido a que en una ocasión acerté 5 en la bonoloto y gané 375.000 ptas que utilicé para hacer un magnífico viaje con mi señora a Brasil del que guardo unos maravillosos recuerdos.
La verdad es que en estos tiempos tan difíciles que atravesamos, cuanto tantas familias tiene necesidades y carencias a fin de mes lo de la lotería es como una esperanza y una ilusión que, ahora más que nunca, es compartida por todos y deseada como la tabla de salvación para solucionar para siempre esa maldita y dolorosa crisis económica que padecemos.
Por cierto, hay que ver que maravilloso anuncio televisivo han puesto este año para recordar a todo el mundo lo importante que es participar en este sorteo que puede, por unos euros, conseguir que tu suerte cambie tu vida, para siempre, y que haga que no te quedes fuera de ese posible rayo de felicidad que tal vez esté a punto de llegar a tu barrio, a tu puesto de trabajo, a tu cafetería y a tu hogar.
Pero al mismo tiempo ese expot publicitario encierra un mensaje aún mayor y más ejemplar que es la generosidad y la honradez de ese barman que fue capaz de guardar el décimo a aquel cliente que tal vez no fue por él porque no podía pagarlo pero que aquel buen hombre le guardó, renunciando a su premio, para darle al otro los millones y la felicidad.
Que haya suerte en la lotería y que seamos capaces de hacer llegar a nuestros semeje ¡antes ese espíritu caritativo, generoso y amoroso de la Navidad.