EL MERCADILLO...

EL MERCADILLO

Es el mercadillo una forma de comercio que apareció, por lo menos por nuestra tierra, a partir de los años 80 con la llegada a nuestro país de la democracia. Siempre hubo vendedores ambulantes que recorrían las las calles del pueblo pregonando sus productos, como reclamo y propaganda, para que la gente se percatara de su presencia y saliese a ver si le interesaban las mercancías que aquél hombre ofrecía. Entonces existía el trueque como forma de compra-venta que significaba que podías pagar en vez de con dinero entregando a cambio algún otro producto del campo o del corral ejemplo: Trigo, huevos, conejos, pollos, garbanzos o aceite.
Ese negocio itinerante e individual lo que hizo fue organizarse de forma colectiva de tal manera que todos los vendedores ambulantes, una vez a la semana, se reúnen en un mismo municipio y al aire libre, en puestos cedidos y cobrados por el Ayuntamiento, les permiten montar su tenderete y vender sus productos a los clientes del lugar, por una sola jornada de trabajo que se repetirá a la semana siguiente, en el mismo sitio, a la misma hora y el mismo día.

Esto en un principio fue muy mala visto y protestado por los comerciantes locales que tenían todo el año abiertas sus tiendas y veían como ahora una competencia que les venía de fuera les hacía bajar sus ventas ostensiblemente, pero luego con el tiempo esto se ha aceptado y ya se ve muy normal, y hasta beneficioso, que una vez a la semana el mercadillo conviva con el mercado tradicional y que los clientes tengan más oportunidades de comprar aquello que les interese.

La verdad es que en estos mercadillos se pueden adquirir cosas muy interesantes y a un precio más económico que en las tiendas tradicionales, eso se debe sin duda a que los gastos del vendedor ambulante son menores que los de los otros. Se ahorran mano de obra pues estos negocios ambulantes se hacen con los mismos empresarios o sus familiares, rara vez tienen empleados asalariados, se ahorran los gastos del local que solo se limita a un pequeño impuesto municipal por el puesto, suelen traer también artículos que al no ser de marcas importantes o imitaciones de ellas se venden a muy bajo precio y todo ello hace que el mercadillo sea un mercado muy popular y muy bien acogido por los vecinos del lugar que dedican, ese día, como una forma de entretenimiento y de distracción a la vez que les permite encontrar, en algunos casos, esa ganga que andaba buscando.

Hay que reconocer que el trabajo de estos intrépido comerciantes es arduo y penoso. Tienen que trasladarse cada día a un lugar distinto para poner su tienda. Tienen que montar y desmontar su puesto de trabajo y todos sus artículos, tienen que soportar que los días de lluvia o mal tiempo no pueden abrir el negocio y en consecuencia esos días no ganan nada. En fin que el ambulante se lo curra bastante bien y no se le puede censurar nada, más bien desearle buenos beneficios para que con ese trabajo tan duro que ha elegido pueda sacar adelante a su familia y a su casa. Todos tenemos derecho a ejercer un trabajo y a obtener una justa remuneración por el mismo. Así que el mercadillo ejerce una muy buena función social por tanto adelante este tipo de mercado.