NUNCA PIERDEN
Es curioso comprobar como cambian los políticos de actitud después de unas elecciones y como se olvidan, cuando ganan, de muchas de las promesas de su programa electoral y, lo que es más lamentable, como cambian su actitud hacia los votantes de los que pasan, olimpicamente, una vez que su voto ha sido depositado en la urna.
Acabamos de salir de un proceso electoral y hemos visto por televisión, por prensa y en directo, los mensajes que todos los políticos han hecho de su oferta, lo amables que se comportan con todo el mundo, sea o no sea de sus mismas ideas, y hasta el cariño y el afecto que transmiten todos los componentes de la campaña electoral hacia sus posibles votantes a los que halagan, sonríen, y cuidan con sumo esmero, y hasta le tienden la mano aparentando una amistad y una confraternidad que al día siguiente de las elecciones desaparece totalmente pues ya la persona poco interesa ahora lo más importante es disfrutar de ese beneficio que el voto les otorga, tanto si ganan como si pierden, porque ya han conseguido tener un sillón de concejal, diputado, senador o en el mejor de los casos, presidente, ministro o alcalde, que les cambiará su vida, que les asegurará un sueldo millonario durante al menos cuatro años y otorgar, en la mayor parte de los casos, una jubilación y una vejez muy holgada para toda la familia.
Hoy todos han ganado, los unos porque aunque tuvieron muchos menos votos que siempre uniendo sus votos con los de ese nuevo que se estrenaba ahora consiguen la mayoría suficiente para gobernar, otros porque obtuvieron menos votos que la anteriores elecciones, que ganaron, pero al final estuvieron en la oposición igual que van a estar ahora y hasta los que sacan menos votos que nunca dicen que han ganado también porque han conseguido mejorar los resultados en aquella provincia donde siempre perdían.
En definitiva todos ganan, y es verdad, lo políticos siempre ganan porque aún no mandando ellos obtienen cargos de concejales, diputados, y eso les permite seguir en la palestra, seguir intentándolo, obtener un gran sueldo y muchos de ellos la posibilidad de meter la mano en la caja, esa que pagamos todos y que ha hecho ricos a muchos políticos de nuestro país que después no devuelven lo que se llevaron y amparados en el aforamiento, en que siguen mandando los suyos, o en que unos se tapan a otros, porque todos están pringados, al final consiguen irse de rositas y reírse de la justicia y de nosotros que fuimos los que con nuestro inocente voto, que ellos no consiguieron arrancar los elevamos a los altares,
A ver cuando ganamos los ciudadanos una vez, nos arreglan nuestros problemas, nos proporcionan trabajo, nos consiguen una vivienda digna, una educación gratuita y de calidad, una sanidad sin tantas listas de espera y sin copago y administran bien esos fondos que hacienda nos saca con sus impuestos de manera que nadie pueda meter la mano y si alguien lo hiciera que devuelva hasta el último céntimo que se llevó y que pague en la cárcel la osadía de haber defraudado al pueblo.
Ese día si llega será cuando hayamos ganado la auténtica libertad.
Es curioso comprobar como cambian los políticos de actitud después de unas elecciones y como se olvidan, cuando ganan, de muchas de las promesas de su programa electoral y, lo que es más lamentable, como cambian su actitud hacia los votantes de los que pasan, olimpicamente, una vez que su voto ha sido depositado en la urna.
Acabamos de salir de un proceso electoral y hemos visto por televisión, por prensa y en directo, los mensajes que todos los políticos han hecho de su oferta, lo amables que se comportan con todo el mundo, sea o no sea de sus mismas ideas, y hasta el cariño y el afecto que transmiten todos los componentes de la campaña electoral hacia sus posibles votantes a los que halagan, sonríen, y cuidan con sumo esmero, y hasta le tienden la mano aparentando una amistad y una confraternidad que al día siguiente de las elecciones desaparece totalmente pues ya la persona poco interesa ahora lo más importante es disfrutar de ese beneficio que el voto les otorga, tanto si ganan como si pierden, porque ya han conseguido tener un sillón de concejal, diputado, senador o en el mejor de los casos, presidente, ministro o alcalde, que les cambiará su vida, que les asegurará un sueldo millonario durante al menos cuatro años y otorgar, en la mayor parte de los casos, una jubilación y una vejez muy holgada para toda la familia.
Hoy todos han ganado, los unos porque aunque tuvieron muchos menos votos que siempre uniendo sus votos con los de ese nuevo que se estrenaba ahora consiguen la mayoría suficiente para gobernar, otros porque obtuvieron menos votos que la anteriores elecciones, que ganaron, pero al final estuvieron en la oposición igual que van a estar ahora y hasta los que sacan menos votos que nunca dicen que han ganado también porque han conseguido mejorar los resultados en aquella provincia donde siempre perdían.
En definitiva todos ganan, y es verdad, lo políticos siempre ganan porque aún no mandando ellos obtienen cargos de concejales, diputados, y eso les permite seguir en la palestra, seguir intentándolo, obtener un gran sueldo y muchos de ellos la posibilidad de meter la mano en la caja, esa que pagamos todos y que ha hecho ricos a muchos políticos de nuestro país que después no devuelven lo que se llevaron y amparados en el aforamiento, en que siguen mandando los suyos, o en que unos se tapan a otros, porque todos están pringados, al final consiguen irse de rositas y reírse de la justicia y de nosotros que fuimos los que con nuestro inocente voto, que ellos no consiguieron arrancar los elevamos a los altares,
A ver cuando ganamos los ciudadanos una vez, nos arreglan nuestros problemas, nos proporcionan trabajo, nos consiguen una vivienda digna, una educación gratuita y de calidad, una sanidad sin tantas listas de espera y sin copago y administran bien esos fondos que hacienda nos saca con sus impuestos de manera que nadie pueda meter la mano y si alguien lo hiciera que devuelva hasta el último céntimo que se llevó y que pague en la cárcel la osadía de haber defraudado al pueblo.
Ese día si llega será cuando hayamos ganado la auténtica libertad.