LA SOBERBIA...

LA SOBERBIA
Es la soberbia un término latino que significa orgullo, arrogancia o vanidad y que es considerada dentro del ámbito religioso católico como uno de los llamados 7 pecados capitales.

Socialmente la soberbia es una actitud deplorable y un comportamiento irreverente, hacia los demás, porque supone que quien la practica o la siente menosprecia los valores ajenos y convierte los suyos en la panacea y el sumun de la perfección y del éxito.

Filosóficamente, sin embargo, la soberbia se considera una virtud porque significa que el individuo con su esfuerzo, su dedicación, o su tesón, se procura una meta que le lleva a sentirse ganador de la partida pero no es su intención menospreciar u ofender a los demás sino más bien demostrar que si ha conseguido su objetivo ha sido sin emplear guerra sucia y si una constante superación y consecución de las metas que la vida y la sociedad nos brinda para alcanzar el puesto más alto posible.

En el ámbito de las reivindicaciones la soberbia se convierte en un medio de conseguir los objetivos que la sociedad o la política niega en ocasiones así surge asociaciones como el orgullo nacional, el orgullo gay, que demuestran que también el orgullo tiene connotaciones positivas en este campo.

Yo pienso que tras los expuesto no es todo malo ni negativo en este sentimiento y hay algo muy claro para mi. Si la soberbia se emplea por algo que nos ha venido heredado o conseguido sin esfuerzo alguno como por ejemplo un estatus social o un regalo de la naturaleza como pueden ser la riqueza de unos antepasados o la belleza que otorgar la madre naturaleza, el utilizar eso para sentirse superior a los demás me parece una ofensa y un acto inadmisible y repugnante.
Pero si tú te sientes orgulloso de haber conseguido con tu esfuerzo, tu trabajo o tus estudios becados una cátedra en la universidad, una fábrica importante como empresario o un premio internacional como artista, el sentirte orgulloso no solo no me parece deplorable sino que por el contrario me parece honesto y justo.

Por tanto un no rotundo a esa soberbia de lo que que te regala la vida y que, tú utilizas para rebajar y despreciar a los demás, y si condicionado para los que sienten orgullo por haber triunfado con su esfuerzo y su trabajo digno en la vida y en la sociedad y un si rotundo para ese orgullo que se consigue exponiendo y defendiendo una idea o una situación personal o sentimental y que es en principio reprimida o rechazada por la sociedad. Por supuesto que siempre hay que defender la igualdad de las personas y los individuos, por encima de todo, y que nadie abuse de nadie o se sienta superior a costa de hacer inferiores a los demás